Face to face 10: Tim Hardaway & Allen Iverson... Y el primer paso de arrancada

La historia de la NBA está repleta de jugadores rapidísimos, de verdaderos maestros del crossover con un primer paso de arrancada tremendamente veloz y virtualmente imparable; desde Nate Archibald hasta Derrick Rose, pasando por Isiah Thomas, Stephon Marbury, Chris Paul o, por supuesto, Michael Jordan y Kobe Bryant, pero probablemente nigún otro jugador de la historia del baloncesto haya sido tan mortífero con su primer paso en dribling como lo fueron Timothy Duane Hardaway y Allen Ezail Iverson.

Al contrario de lo que ocurre con otros aspectos del juego tratados en esta colección de posts, donde la mayoría de maestros del arte en cuestión pertenecen al más glorioso pasado del baloncesto, en este caso no cabe duda de que es en los últimos tiempos cuando más maestros del dribling, el crossover y el primer paso de arrancada hemos tenido, no en vano el baloncesto es cada vez más físico y ninguna otra cualidad prima tanto en el primer paso de arrancada como la rapidez y la explosividad. Por ello nombres como Deron Williams, Chris Paul, Dwyane Wade, Derrick Rose o John Wall, a pesar de su juventud, son ya de los nombres más destacados por lo que a esta disciplina se refiere... Pero antes que ellos, Tim y Allen revolucionaron la NBA con su primer paso absolutamente demoledor e imposible de seguir por los pobres rivales a quienes les tocaba el dudoso honor de tener que defenderlos.

Tanto Tim como Allen eran jugadores pequeños y ultrarápidos, con una constitución física idónea para poder explotar esa cualidad del primer paso de arrancada y los cambios de ritmo, pero existen diferencias sustanciales entre ellos, comenzando por su constitución física, puesto que mientras que ambos medían oficialmente 1,83 m. (tal vez algo menos en realidad), Hardaway era un jugador muy musculado (casi tan ancho como alto, al menos en apariencia) mientras que Iverson era un jugador de constitución mucho más delgada (uno de esos extraños especímenes, como Reggie Miller, que jamás ganaron volumen muscular a lo largo de su carrera en la NBA... Ni lo necesitaron). En el caso de Hardaway no cabe duda que estamos hablando de un físico tremendamente explosivo, aunado a un gran talento individual y un enorme dominio del balón, lo cual lo convirtió también en maestro absoluto del lanzamiento de tres llegando en carrera a gran velocidad para detenerse en décimas de segundo y ejecutarlo sin apenas darle tiempo al defensor para reaccionar. En el caso de Iverson, que también era rapidísimo y poseía un gran dominio de balón, casi sería necesario mencionar por encima de cualquier otra cosa su talento absolutamente descomunal, que lo convertía en alguien capaz de realizar proezas inalcanzables por ningún otro ser humano de su altura y constitución, penetrando una y otra vez ante jugadores mucho más altos y fuertes que él, para terminar anotando de mil y una formas distintas, rectificando, chocando en el aire y consiguiendo 2+1 ante pívots de siete pies, realizando aros pasados...

Aunque si existe una gran y sustancial diferencia entre el juego de ambos, totalmente ajena a la constitución física antes mencionada y al gran talento individual que ambos poseían, esa es su posición natural en la cancha y su concepción del juego, ya que mientras que Tim era un base puro (o al menos el prototipo de base puro que proliferaría en los 90, tomando como máxima inspiración a Isiah Thomas, con gran visión de juego pero también con una capacidad anotadora excepcional), Allen era un escolta anotador en el cuerpo de un base, un jugador que si bien llegó a jugar oficialmente de base en algunos momentos de su carrera (y tenía capacidad de sobra como para dar 6 o 7 asistencias de media), nunca lo fue en realidad. Tim y Allen, dos jugadores muy distintos en un cuerpo de 1,83, ambos con un talento ofensivo brutal y con un primer paso de arrancada vertiginoso, pero con concepciones del juego muy distintas.