viernes, 22 de marzo de 2024

NEW ORLEANS PELICANS & ORLANDO MAGIC... O CUANDO EL FUTURO SE ANTOJA MARAVILLOSO

Ahora mismo, en la NBA, hay dos equipos jóvenes, emergentes, en claro ascenso, pero completamente opuestos a otros equipos importantes confeccionados a base de golpes de talonario y de fichar y juntar a varios estrellones. Estos equipos a los que me refiero están basados en el talento joven y en un estilo de juego que es claramente distinto al de muchos de sus rivales en la liga... Se trata de un estilo de juego coral, edificado sobre una gran circulación de balón, sin grandes individualidades más allá de las que el más puro talento natural implica. Me refiero, por supuesto, a los Orlando Magic y los New Orleans Pelicans.

Los Pelicans probablemente sean bastante más mediáticos, por el inevitable factor Zion Williamson, uno de los físicos más impresionantes e imponentes de la historia y un prospect colosal que irrumpió en la NBA como un elefante en una cacharrería... mientras estuvo sano, ya que las lesiones se cebaron en él hasta el punto de apenas dejarle disputar 24 partidos en su año rookie, 61 en su segunda temporada y ninguno en la tercera. Ahora, ya en su quinta temporada como profesional, y tras un largo trabajo del cuerpo técnico de los Pelicans a nivel de condicionamiento físico -y también mental-, parece que por fin está a salvo de los problemas físicos, mostrándose más en forma que nunca y encajando a la perfección en el juego coral de su equipo.


Al contrario de lo que pudiera parecer en un principio con una estrella del nivel y proyección de Zion, el hecho de estar por fin sano y con continuidad en el juego, no ha llevado a los Pelicans y al entrenador Willie Green a dejarle que se lance hasta las zapatillas y se convierta en otro jugador de 30 puntos por partido (que bien podría hacerlo), sino que le han inculcado una filosofía de juego coral, sin excesivas individualidades, en la que ha encajado como un guante. En el sistema de juego de los actuales Pelicans, todos los jugadores han sacrificado números personales para ser más fuertes como equipo. Jonas Valanciunas sigue siendo el center titular, aunque menguando ligeramente su protagonismo con respecto a temporadas anteriores. Brandon Ingran está en su media más baja de tiros de campo intentados desde que juega en New Orleans -para encontrar una temporada con menos tiros por partido debemos remontarnos a la 2018-19, cuando todavía jugaba en los Lakers-, en pro del juego en equipo. El alero de tercer año Herb Jones está siendo uno de los baluartes defensivos del equipo y otra pieza fundamental del juego coral, así como otro jugador de tercer año, Trey Murphy, quién también está siendo capital en el buen juego de los de Luisiana saliendo desde el banquillo. Y qué decir del más veterano, CJ McCollum, quién también ha sacrificado protagonismo en beneficio del equipo (su temporada con menos tiros de campo intentados desde la 2014-15, año sophomore en los Blazers), sin dejar de ser importantísimo. Amén del también importante trabajo de intendencia de jugadores como Larry Nance Jr. o Jose Alvarado, saliendo desde el banquillo.


En definitiva, un equipo que apunta muy alto, aunque todavía estén a mitad del camino, y cuyo punto más débil es la irregularidad, siendo capaces de lo mejor en un partido y de lo peor en el siguiente. La clave principal es, evidentemente, Zion, pues si puede permanecer sano, por fin, de forma continuada, y no le invaden inquietudes de mayor protagonismo numérico y ansias de MVP, el juego y la consistencia de los Pelicans solo puede ir a más... El tiempo lo dirá. Sería bonito que los de New Orleans recuperaran el nombre de Jazz -cosa improbable- que tuvieron en sus inicios en la NBA, para denominar a esta gran banda de jazz que toca como un auténtico conjunto, aunque en los momentos precisos de algunos temas se permitan los oportunos solos de Miles Davis o John Coltrane, léase Zion Williamson o Brandon Ingram.

Y nos vamos al otro equipo, los Orlando Magic, más corales todavía, si cabe, que los Pelicans, liderados por un Paolo Banchero que en su segunda temporada como profesional ya ha sido all-star y reconocido como uno de los mejores jugadores de la liga. Un equipo que rebosa juventud por los cuatro costados, pero a la vez poco egoísmo y muchas ganas de compartir el balón y de seguir haciendo del juego colectivo un arte, como si de discípulos aventajados de los Kings de la era Webber o de los Spurs de finales de la era Duncan se tratara.


Los Magic son un equipo que admito que no seguí demasiado de cerca a principios de esta temporada, pero que a día de hoy ya se han ganado por completo mi atención -e incluso mi corazón-, y que la juventud de su núcleo de jugadores principales les da todavía mucho margen de mejora y un futuro muy, muy interesante. Paolo Banchero (21), Franz Wagner (22), Jalen Suggs (22), Wendell Carter Jr. (24), Cole Anthony (23), Mo Wagner (26), Jonathan Isaac (26), Markelle Fultz (25)... Únicamente Gary Harris (29) y el veteranísimo (pero siempre apreciado) Joe Ingles aportan cierta experiencia y madurez. Un núcleo tremendamente joven y a la vez tremendamente talentoso.

Por un lado representan el perfecto ejemplo de la evolución del playmaking en la NBA moderna, que en muchos casos parte más de aleros o pívots (Jokic, Sabonis, Draymond Green o el propio LeBron son algunos de los casos más ilustres) que de los propios bases, pero también me recuerdan, al menos en algunas ocasiones, a los inolvidables Sacramento Kings de Rick Adelman, cuya creación de juego más sublime a menudo partía más de Chris Webber y Vlade Divac que de Mike Bibby, como en estos Magic parte principalmente de Paolo Banchero y Franz Wagner.


Es posible que la presencia (e importancia) de jugadores europeos como los hermanos Wagner (Franz y Mo) o Goga Bitadze, además del australiano curtido en el baloncesto europeo Joe Ingles, favorezca que el juego de estos Magic sea un poco más FIBA que el del resto de equipos de la liga, pero no hay que quitarle mérito al capitán del barco, el entrenador Jamahl Mosley, también joven (45) y también curtido en el baloncesto internacional como jugador, amén de una larga experiencia en distintos cuerpos técnicos de la liga, bajo las órdenes de entrenadores tan dispares como George Karl, Rick Carlisle o Byron Scott.

Tengo mucha esperanza en estos dos equipos. Más incluso en los Magic por lo que me transmite su juego a día de hoy, aunque el descomunal potencial -que todavía no ha llegado a su techo- de Zion Williamson también puede llevar a los Pelicans a altas cimas. Como siempre se suele decir, solo el tiempo lo dirá...

miércoles, 20 de marzo de 2024

martes, 12 de marzo de 2024

MANDARINAS AL AIRE: DETALLES QUE TUMBAN LA TEORÍA DE ARENAS

Dándole un par de vueltas más (probablemente innecesarias) a las recientes declaraciones de Gilbert Arenas sobre los jugadores europeos en la NBA, hay ciertas curiosidades que me parecía oportuno traer aquí, aunque sea simplemente por puro morbo o cachondeo... pues es evidente que dichas declaraciones no pueden ser tomadas demasiado en serio.

En primer lugar, citar a cuatro estrellas estadounidenses que se me antojan como el paradigma idóneo de todo lo que Arenas achacaba a los jugadores europeos, es decir, prototipos de jugadores muy beneficiados y bendecidos por los cambios en las reglas defensivas, lanzadores de triples en cantidades industriales y defensores de muy bajo caché, criticados a menudo por sus prestaciones defensivas: Stephen Curry, James Harden, Trae Young y Damian Lillard. Ninguno de ellos europeo, desde luego.

Por otro lado, también quiero citar a un puñado de jugadores europeos, más allá de los "amnistiados" Gobert y Antetokounmpo, que han destacado por sus labores defensivas, siendo recurrentemente reconocidos en dicho aspecto durante la última década y media de historia en la NBA: Marc Gasol, Joakim Noah, Thabo Sefolosha, Marcin Gortat, Kristaps Porzingis, Ricky Rubio, Clint Capella... y sin contar al "español" Serge Ibaka, que ha sido uno de los mejores defensores de su época. Incluso el en ocasiones injustamente tildado de blando, Pau Gasol, cuajó grandes actuaciones defensivas en muchos momentos de su carrera... y si no, que se lo pregunten al Dwight Howard de 2009 o a la batería de interiores de los Celtics que lo tuvieron que sufrir en las finales de 2010.

¡Ah! Por cierto, y tampoco nos olvidemos de Victor Wembanyama, el jovencito de apenas 20 años que ya es el máximo taponador de la NBA y que está llamado a conseguir futuros trofeos al mejor jugador defensivo de la temporada.

domingo, 3 de marzo de 2024

ANÉCDOTAS Y DIVAGACIONES BALONCESTÍSTICAS: GILBERT ARENAS ME LO HA PUESTO A HUEVO...

No deja de ser casualidad, que justo cuando estaba pensando en escribir una entrada centrada, más o menos, en este tema, viene el bueno de Gilbert Arenas y suelta lo que ha soltado esta pasada madrugada. Gilbert, uno de los jugadores con mayor IQ de la historia, tanto dentro como fuera de la cancha -lo cual quedó bien patente en aquel affaire de 2009 con Javari Crittenton, que le supuso nada más y nada menos que 50 partidos de suspensión, tirando toda una temporada por la borda-, sigue haciendo gala de su enorme IQ en televisión y el creciente mundo de los podcasts, donde ya ha dejado varias perlitas para enmarcar.


Pero vamos a lo que nos ocupa, que es lo de esta noche, en la que ha venido a decir que la solución para que la NBA recupere su nivel defensivo y vuelva a la gloria de antaño, pasa por echar a todos los jugadores europeos de la liga... ni más ni menos, y se ha quedado tan ancho. Según él, los jugadores estadounidenses pasan por el baloncesto universitario para aprender a defender, mientras que los europeos -o al menos la mayoría de ellos- no, llegando directamente de las competiciones FIBA. Ha dicho, metiendo a todos los europeos en el mismo saco, que no son atléticos, no son rápidos, no saltan y son un auténtico lastre en defensa para sus equipos, salvando de la quema únicamente a Rudy Gobert y Giannis Antetokounmpo (solo faltaría, porque son dos de los defensores de élite de la liga).

También ha apuntado a una conspiración masónica, según la cual la NBA habría decidido inocular a la liga toda una legión de jugadores europeos, pero que como vio que no podían adaptarse bien a su estilo de juego y nivel atlético, sufriendo especialmente en aspectos defensivos, decidió suavizar las reglas para poder abrirse internacionalmente y convertir la NBA en una competición de pases y triples.


Después de eso, el chaval ya podría haberse marcado un "mic drop" en toda regla, para después irse yendo poco a poco, con su figura a contraluz y una puesta de sol poética al fondo.

Sin entrar al trapo, dejadme presentar un puñado de datos...

Dato número 1: Precisamente el jugador estrella prototipo de lo que Gilbert Arenas indica en sus comentarios sería Stephen Curry, no ningún europeo. Es decir, estrella que se ha visto beneficiada y potenciada por estos cambios, prolífico tirador de triples y con fama de defensor muy endeble.

Dato número 2: Su rencor hacia los jugadores europeos ya viene de hace tiempo. Sin ir más lejos, cuando Pau Gasol entró en el Hall of Fame, criticó que se incluyera a un jugador de sus características, dando a entender que en el Hall of Fame solo debería entrar lo mejor de lo mejor y no jugadores secundarios que promediaban 12-8 y que fueron un par de veces All-Star, únicamente porque habían ganado anillos. Lo cual demostró el poco conocimiento de Gilbert sobre la carrera, estadísticas y legado de Pau, además de lo suelta y ligera que tiene la lengua, a la par que imprecisa.

Dato número 3: Según él, son los jugadores europeos los que han convertido a la NBA en un concurso de triples, cuando precisamente son los que aportan mayores matices a un juego que, a día de hoy, si fuera por los actuales jugadores estadounidenses -con ilustres excepciones-, los partidos serían largas sesiones de triples y contraataques, sin muchos más matices que contar.

A todo esto, solo quiero añadir que la verdad solo nos la muestra, como debe ser, el entendimiento, visionado y análisis del juego... y, en este caso en particular, el de los torneos internacionales como los JJ.OO. y los Mundiales. ¿Que nos muestra eso? O mejor dicho... ¿Que nos ha mostrado en los últimos tiempos?


Pues nos ha mostrado varias cosas. Que el baloncesto ha cambiado... o evolucionado. Que una de las selecciones que más ha cambiado en estilo de juego es precisamente la de los USA (y ahí no hay europeos jugando). Que el baloncesto estadounidense (y no hablo únicamente de NBA) ha sacrificado arte por efectividad y creatividad por físico, provocando que comparar el baloncesto de la selección USA de Barcelona '92 con las de tiempos recientes sea como tratar de comparar la noche con el día.

En el post que antes mencioné que me estuvo rondando varios días por la cabeza y que el bueno de Arenas me ha puesto a huevo, iba a comparar el juego de las últimas selecciones USA con el de los Boston Celtics de los últimos años. Tal vez este año hayan ganado un poco en matices, pero tratando de definir el juego de los Celtics de las últimas temporadas, diría que se ha basado en un equipo con muy buenos defensores y con una táctica de cambios defensivos muy trabajada y polivalente, siendo en ataque un equipo basado en cinco jugadores abiertos, capaces todos ellos de lanzar desde la línea de 3 puntos, abriendo mucho las defensas rivales y facilitando las penetraciones de sus principales estrellas ofensivas, Tatum y Brown.

Si el teórico center en cancha era Al Horford, jugaban los cinco abiertos, amenazando desde la línea de 3. Si el center en cancha era Robert Williams, sin tiro exterior, los otros cuatro seguían a lo suyo y Williams únicamente se dedicaba a poner bloqueos, ir al rebote ofensivo y terminar algún que otro alley-op. Sin juego en el poste bajo y con muy poca media distancia.

Pues sí, señores, esa definición encajaría perfectamente con el juego desplegado por la selección USA en los últimos JJ.OO. de Tokio. Y cito la de Tokio porque ganó el oro (en una suerte de "ganaréis pero no convenceréis" en toda regla), porque las de los últimos Mundiales, además de mostrar un juego muy atlético pero bastante mediocre, ni ganaron ni convencieron... Y ahí no había jugadores europeos a los que echarles la culpa.


Lo peor para Gilbert, es que esto va claramente a "peor", puesto que cada vez que uno intenta confeccionar algún Top 5 o Top 10 de los mejores jugadores actuales de la NBA, hay menos estadounidenses y más jugadores internacionales. Ahora mismo, el Top 5 real bien podría estar formado por Jokic, Embiid, Doncic, Antetokounmpo y Shai... Viendo venir a Wembanyama por el retrovisor. Ninguno de ellos estadounidense... Pero seguro que no es real, que no es cierto, que es un espejismo provocado por una conspiración de proporciones masónicas orquestada por Adam Silver.