Esta noche da comienzo la finalísima de la NBA, que enfrenta a los Nuggets de Denver contra los Heat de Miami. Final inédita donde las haya y la confirmación definitiva de dos equipos que han rozado la excelencia, en varios momentos, a lo largo de estos increíbles e impredecibles playoffs.
¡Sí señores! Aunque muchos dieran como favoritos a los Suns (yo nunca lo entendí) y otros llegaran a pensar que los Lakers pudieran llegar a batir a estos Nuggets, lo cierto es que Denver ha sido el equipo que ha jugado un mejor baloncesto a lo largo de la temporada. Aunque al final varios equipos del Este quedaran ligeramente por encima del baremo de victorias de los de Colorado -el primero de todos ellos, los Bucks-, lo cierto es que ninguno de ellos ha desplegado un baloncesto de más quilates que el de Jokic y cia. Un cosa es el registro final de victorias y derrotas, pero otra muy distinta son las sensaciones, y con respecto a ello, los Nuggets son el equipo que, desde que dio comienzo la temporada, me han transmitido más sobre el parqué.
Además, el momento de forma de Nikola Jokic es increíble, ¡Si hasta está teniendo mejores estadísticas en playoffs que en regular! Algo solo al alcance de unos pocos elegidos. Y no, Anthony Davis tampoco pudo con él. Me reitero en lo de que, cuando esta final termine, deberemos situarlo en ese selecto grupo de pívots que están por encima del bien y del mal, al cual solo pertenecen Wilt, Bill, Kareem, Moses, Hakeem y Shaq. Todos ellos comen aparte... después vienen los Robinson, Ewing, Embiid, Reed, Lanier, etc...
Por otro lado están los Heat... la cultura Heat, que ha vuelto a hacerlo, una vez más, siempre liderados por Pat Riley, Erik Spoelstra y su filosofía de equipo y disciplina prácticamente militar. Jimmy Butler como gran héroe capaz de las hazañas más imposibles, siempre mejor en playoffs que en temporada regular (como los más grandes), como si de una extraña mezcla entre Michael Jordan y Robert Horry se tratara, tal vez con una pizca de James Worty... Sí, Big Game James, el mítico alero de los Lakers, quién también tenía fama de que le sentaban bien los partidos difíciles e importantes.
Una cultura Heat que sigue sacando panes y peces de las piedras, con varios jugadores con roles importantes, incluso trascendentales, que empapados de dicha cultura y a base de trabajo y esfuerzo, han pasado de ser parias, jugadores no drafteados por la NBA, a triunfar en la liga. Y lo mejor de todo no es que haya alguno que se haya colado entre los Butler, Adebayo y Lowry, sino que son hasta cuatro jugadores de estas características triunfando a la vez en Miami: Gabe Vincent, Caleb Martin, Duncan Robinson y Max Strus.
Esta noche veremos qué ocurre en el primer asalto. Vamos a disfrutar de una finales inéditas que, además, también pueden llegar a ser realmente maravillosas. I love this game!