viernes, 8 de febrero de 2019

LOS PHILADELPHIA 76ers RETIRAN EL DORSAL #2 DE MOSES MALONE (Radiografía básica de la leyenda más infravalorada de la historia del baloncesto)

Esta noche, madrugada del Sábado día 9 en España, aunque Viernes 8 todavía en los USA, los Philadelphia 76ers retirarán el dorsal #2 de Moses Malone durante el partido que les enfrentará a los Denver Nuggets. Un auténtico placer que dicho homenaje (aunque demasiado tardío) se haga en el marco del enfrentamiento entre los dos pívots más talentosos de la NBA actual, Joel Embiid y Nikola Jokic. Y una auténtica lástima que no sea el partido que Movistar + vaya a dar en directo esta madrugada.

Bienvenidos de nuevo a vuestra casa, a una nueva etapa, una etapa que no se desmarcará demasiado de su predecesora en cuanto a contenidos, pero que sí será distinta en cuanto a formas y cadencias. Básicamente será una evolución natural, pero sin perder el espíritu de la original. Aquí no habrá secciones tipo "Una noche cualquiera" o "Basketball landscapes" (que siempre que os apetezca las podéis revisitar) sino artículos generalmente más elaborados y bastante más espaciados en el tiempo. Aquí no existirá la obligatoriedad autoimpuesta de actualizar al menos dos o tres veces al mes. Habrá meses en los cuales el blog ni se actualice. Simplemente se actualizará cuando se pueda y haya tiempo para escribir algo realmente interesante.

Y la primera entrada de esta nueva etapa, como no podía ser de otro modo, está dedicada a Moses Malone, con el cariñoso guiño de ser publicada justo en la víspera de la, largo tiempo esperada, retirada de su dorsal #2 por parte de los Sixers. No podía ser de otro modo...

MOSES MALONE
Radiografía básica de la leyenda más
infravalorada de la historia de la NBA


ROMPIENDO MOLDES

Moses Eugene Malone, nacido en Petersburg (Virginia) el 23 de Marzo de 1955 y fallecido el 13 de Diciembre de 2015, fue una figura de suma importancia en el devenir de la historia del baloncesto profesional norteamericano, siendo el primer jugador que firmó un contrato profesional sin pasar por la liga universitaria, saltando directamente desde el instituto. En los Crimson Wave de Petersburg, Malone había sentado cátedra, logrando en su última temporada en high school (1973-74) unos promedios de 36 puntos, 26 rebotes y 12 tapones por partido. Dicha barbaridad estadística y una capacidad innata y visceral para dominar los tableros, le valieron para ser el jugador que rompió la barrera por primera vez (después vendrían Darryl Dawkins y Bill Willoughby, con un éxito profesional bastante inferior al de Moses, lo cual propició que esto no se volviera a repetir hasta mucho tiempo después, en 1989, gracias a un jovenzuelo llamado Shawn Kemp), fichando por los Utah Stars de la ABA sin pasar por la NCAA.

Para entender el carácter ciertamente arisco con la prensa y la fama (injusta) de tipo con poco don de gentes que arrastró Moses durante años, hay que ponerse en circunstancias, y es que los medios más puristas y tradicionalistas de la época se cebaron con el joven Malone por romper esa barrera y pasarse por un sitio el baloncesto universitario, cuna de todos los grandes jugadores profesionales. Aprovecharon su carácter tímido, de chico humilde, su acento cerrado y su voz gutural para, siempre que podían, hacerlo quedar como un paleto, como alguien que no tenía estudios y que, debido a ello, era poco sociable y poco amigo de las entrevistas. Todo esto provocó que, evidentemente, cada vez fuera menos amigo de la prensa y le gustaran menos las entrevistas... a él solo le gustaba salir a jugar, ese era su principal delito, aparte de haber firmado un contrato profesional para ayudar a su madre (que había pasado muchos trabajos para sacarlo a él y a sus hermanos adelante) en vez de ir a la universidad.


TALENTO Y DETERMINACIÓN, UNA COMBINACIÓN INFALIBLE

Cualquier duda que hubiera sobre si Moses era realmente capaz de jugar en una liga profesional después de haber saltado directamente desde el instituto, pronto quedó disipada, gracias a sus 18,8 puntos, 14,6 rebotes y 1,5 tapones de media en su primera (y última, puesto que el equipo desapareció) temporada con los Stars de Utah. Además, siendo rookie, disputó el All-Star Game de la ABA, anotando 6 puntos y capturando 10 rebotes junto a todas las estrellas de la mítica liga del balón tricolor (Julius Erving, Artis Gilmore, George Gervin, Dan Issel...). Su segunda temporada como profesional estuvo marcada por las lesiones y el fichaje por los Spirits de St. Louis, lo cual provocó que sus estadísticas descendieran hasta los 14,3 puntos, 9,6 rebotes y 0,7 tapones de media por encuentro. En verano de 1976 la ABA fue absorbida por la NBA, cuatro de sus equipos ingresaron en la liga de baloncesto más famosa del mundo (Nets, Nuggets, Spurs y Pacers) y el resto desaparecieron, siendo los jugadores de dichos equipos fichados por franquicias de la NBA a través de un draft especial que se creó para la ocasión... Moses fue a parar a los Portland Trail Blazers.

Pero a los dirigentes y entrenadores de la NBA todavía les quedaban dudas acerca de aquel joven muchacho que había roto moldes y se había convertido en profesional sin pasar por la NCAA, de modo que ni llegó a jugar en los Trail Blazers, que ya contaban con dos jugadores interiores de mucho nivel, Bill Walton y Mo Lucas. Fue traspasado a los Buffalo Braves, donde tampoco cuajó. En Buffalo apenas jugó 6 minutos repartidos entre dos encuentros y automáticamente fue, de nuevo, traspasado, a los Houston Rockets. En Houston sí le dieron confianza... Y en poco tiempo se convirtió en el mejor pívot de la competición.

Su primera temporada en la NBA (1976-77) fue discreta, a tenor de su gran talento, terminando con unos promedios de 13,2 puntos, 13,1 rebotes y 2,2 tapones. Veteranos del equipo como John Lucas o Calvin Murphy le respaldaron, le ayudaron a crecer técnicamente, a pulir su ya de por sí enorme talento, y al año siguiente ya sería All-Star en la NBA, con medias de 19,4 puntos, 15,0 rebotes y 1,3 tapones. Una evolución vertiginosa, gracias a un gran talento, una enorme determinación y a estar en el sitio adecuado, le llevaron ya, en apenas otra temporada más, a ser el MVP de la competición, tras promediar 24,8 puntos, unos tremendos 17,6 rebotes, 1,8 asistencias y 1,5 tapones.


EL MEJOR JUGADOR DE BALONCESTO DEL MUNDO

Desde la temporada 1978-79 hasta la 1982-83, podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que Moses Malone fue el mejor jugador de baloncesto del mundo, el más dominante. Cinco años consecutivos en los cuales fue tres veces MVP de la NBA, una vez MVP de las finales y ganó un anillo de campeón. Nadie fue más dominante que él durante aquel periodo de tiempo... El único problema es que cuatro de aquellas soberbias cinco temporadas a nivel individual las pasó en un equipo (Houston) mediocre, muy veterano y masacrado por las lesiones, lo cual le impidió poder ser más veces campeón de la NBA. En verano de 1982 logró ser traspasado a los Philadelphia 76ers, tras ser de nuevo MVP de la competición con medias de 31,1 puntos, 14,7 rebotes, 1,8 asistencias y 1,5 tapones...

...No sin antes haber logrado algo histórico (aunque no consiguiera coronar la hazaña con un anillo), al llevar a los Houston Rockets hasta las finales de la NBA de 1981 a pesar de la precariedad del equipo y de haberse clasificado por los pelos para los playoffs con un balance de 40 victorias y 42 derrotas. Contra todo pronóstico, pasaron por encima de los Lakers de Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar (los auténticos favoritos) en primera ronda, siguieron su paseo triunfal frente a los San Antonio Spurs de George Gervin y los, también revelación, Kansas City Kings de Otis Birdsong y Reggie King. Y aguantaron el tipo en las finales frente a un equipo que, ante todo, era mucho más equipo que ellos, los Boston Celtics de Larry Bird, Nate Archibald, Cedric Maxwell y Robert Parish, perdiendo por 4-2. Aquellos playoffs del 81 acunaron definitivamente la frase "Playoffs time is Moses time", un auténtico lema en los 80, haciendo referencia a que Malone era uno de esos jugadores especiales, que cuanto más quemaba el balón, cuanto más difíciles eran los partidos, más duro y mejor jugaba.


UN EQUIPO DE ENSUEÑO EN PHILADELPHIA

En Philadelphia, Moses se encontró justamente con lo opuesto a lo que había dejado atrás en Houston, es decir, un gran equipo que llevaba varios años entre los dos o tres mejores de la competición, que había disputado dos de las tres últimas finales, pero a los que siempre se les resistía el anillo... Si no perdían in extremis contra los Celtics en las finales del Este, lo hacían en la final de la NBA frente a los Lakers. Los Sixers necesitaban algo más y Moses Malone necesitaba a un mejor equipo a su alrededor. La combinación resultó alquímicamente perfecta y en su primera temporada en Phila (1982-83) fueron campeones y él, de nuevo, MVP de la liga, tras promediar 24,5 puntos, 15,3 rebotes y 2,0 tapones por encuentro.

Aquel equipo formado principalmente por el MVP de la competición, Moses Malone, toda una estrella veterana y curtida en mil batallas como Julius Erving, un base sobrio y buen defensor como Maurice Cheeks, un escolta tirador y auténtico killer desde la media distancia como Andrew Toney y un sexto hombre polivalente y excelente defensor como Bobby Jones, cuajó la mejor actuación en playoffs que se había visto hasta entonces, perdiendo únicamente un partido en las finales del Este frente a los Milwaukee Bucks y barriendo en las finales absolutas a los Lakers de Magic y Kareem. Lo más curioso de todo es que el tímido y habitualmente parco con la prensa Moses, por una vez se desató y antes de los playoffs vaticinó un "Fo, Fo, Fo" delante de los micrófonos, es decir, que ganarían el anillo tras 4-0, 4-0 y 4-0. Finalmente fue un 4-0, 4-1 y 4-0... Se equivocó por muy poco.

Una combinación fatal de edad y mala suerte con las lesiones provocó que aquellos Sixers de Malone y Erving no pudieran volver a ser campeones de nuevo, a pesar de mantenerse entre los mejores equipos de la liga durante los años siguientes. Coincidió justo con el punto álgido de la rivalidad entre los Lakers de Magic Johnson y los Celtics de Larry Bird, quienes dominaron la competición durante buena parte de los años 80.


UNA CARRERA LONGEVA

Podríamos decir que en Philadelphia terminaron los años dorados de Moses, pero lo cierto es que todavía se mantuvo en condición de All-Star y como uno de los dos o tres mejores pívots de la competición durante un puñado de años más. En verano de 1986 dejó Phila para irse a los Washington Bullets en uno de los traspasos más absurdos de la historia de la mejor liga de baloncesto del mundo. El dueño de los Sixers, Harold Katz, tras ver como el equipo languidecía inexorablemente, con Julius Erving al borde de la retirada y con el killer Andrew Toney fulminado por las lesiones, decidió deshacer aquel equipo y envió a Malone a los Bullets provocando una larga era de ostracismo en Philadelphia, donde apenas se salvó el joven Charles Barkley, una auténtica estrella emergente, pero más solo que la una.

Sus dos años en Washington fueron buenos a nivel individual, cediendo el cetro de mejor pívot de la competición al emergente Akeem (todavía sin la H) Olajuwon, pero manteniéndose todavía como el segundo mejor center de la liga y como todo un All-Star. Reseñables son sus primeros enfrentamientos con los Sixers vistiendo la camiseta de los Bullets, a los que ya rendí debida cuenta en mi anterior blog. Después disputó tres temporadas en los Atlanta Hawks de Dominique Wilkins (equipo que prometía mucho, pero en el cual falló por completo la química), donde empezó su decadencia, a pesar de disputar todavía el All-Star Game en su primera temporada allí. Posteriormente, ya con 36 años, fichó por unos Milwaukee Bucks lejos de sus mejores momentos, en plena época de transición, donde aprovechó para cuajar una temporada muy meritoria, pese a su veteranía, terminando con 15,6 puntos y 9,1 rebotes. La temporada siguiente, ya con 37 años, la pasó prácticamente en blanco tras ser operado de una hernia discal y prácticamente puso fin a su carrera, al menos como jugador importante, puesto que volvió a jugar, pero ya en calidad de veterano de lujo para hacer de mentor de los jugadores más jóvenes y aportar intangibles en el vestuario. Los Sixers de nuevo y los Spurs de San Antonio fueron sus últimos equipos. Ya empezada la temporada 1994-95 con los Spurs, volvió a sufrir serios problemas físicos y puso fin a su carrera profesional.


EJEMPLO PARA LAS ESTRELLAS JÓVENES

El joven tímido y arisco con la prensa de Petersburg, que había sido tachado de paleto y de bruto por los medios de comunicación más malintencionados, resultó en un auténtico ejemplo de profesionalidad para los más jóvenes y en un espejo en el cual deberían mirarse muchas estrellas modernas de la liga. Bastan un puñado de ejemplos:

Cuando Malone llegó a Philadelphia en verano de 1982, era el vigente MVP de la liga, el mejor jugador del mundo, pero lo único que se le ocurrió decirles a sus nuevos compañeros fue "no os preocupéis por mi, por hacerme llegar balones y tenerme contento. Vosotros tirad, que yo ya iré a por los rebotes". Jamás en la historia del baloncesto, una estrella absoluta, un MVP de la NBA, ha personificado mejor la humildad y el trabajo en las trincheras que Moses Malone.

Fue el mentor de Charles Barkley cuando éste llegó a la liga en 1984. Lo aconsejó, lo condujo por el buen camino, le hizo perder peso e incluso (junto con Julius Erving) le hizo devolver dos coches deportivos a la tienda después de que Barkley se comprara tres de una tacada en un alarde de locura despilfarradora. Charles siempre le llamó "papá", lo cual reveló entre lágrimas en el día de su funeral.

También fue mentor de Hakeem Olajuwon durante el verano de 1984. El joven pívot nigeriano acababa de ser elegido por los Rockets en el draft de la NBA y se pasó el verano entrenando en un gimnasio al cual también acostumbraba a ir Moses para mantenerse en forma (Moses ya jugaba en los Sixers, pero siempre volvía a Houston en verano, donde tenía residencia). Hakeem siempre ha contado que Moses fue muy duro con él, que jamás ha aprendido tanto de alguien como de Moses aquel verano. Que lo llevó al límite, casi al borde de la desesperación, con un juego tremendamente físico. A finales del verano, en una jugada bajo el aro, Hakeem realizó un giro con una fuerza tremenda y lanzó a Moses al suelo, para terminar la jugada con un violento mate. Todo el mundo quedó perplejo, esperando lo peor... el ambiente se podía cortar con un cuchillo, a la espera de la reacción de Malone, pero este se levantó como si nada y siguió jugando. Al final, Moses se dirigió a Hakeem con un "buen trabajo chaval, algún día serás el mejor pívot de la NBA". Una vez más, Moses fue profeta...


REY DEL REBOTE OFENSIVO

Moses fue una vez campeón de la NBA, tres veces MVP de la competición, una vez MVP de las finales, 13 veces All-Star, ocho veces elegido en alguno de los dos mejores quintetos de la temporada (en aquella época no se elegía el tercero) y, por supuesto, es Hall of Famer, pero si por algo ha pasado a la historia es por ser el mejor reboteador ofensivo que ha visto la historia del baloncesto. Suyos son prácticamente todos los récords de rebotes ofensivos habidos y por haber, incluidos los de más rebotes ofensivos en un partido (21), más rebotes ofensivos en un partido de playoffs (15), más rebotes ofensivos en una temporada (7,2 en la 1978-79) o, por supuesto, más rebotes ofensivos en el global de carrera (6731). Para más detalles pinchar aquí.

Algunas estadísticas avanzadas (que tanto se llevan ahora), de rebotes x 100 posesiones o de rebotes x 36 minutos, pueden situar a Dennis Rodman también al nivel de Malone en algunas de sus mejores temporadas reboteadoras. Hay que recordar que en los 90 el "amarrategui" se apoderó de la liga y que los partidos eran más lentos, con menos posesiones por equipo al final del tiempo reglamentario. Pero, sin quitarle mérito a Rodman, quién merece toda mi admiración y respeto, hay que añadir que mientras que Dennis era un jugador atípico, que se desentendía del balón en ataque y que prácticamente gastaba el 100% de sus energías en defender e ir al rebote ofensivo en ataque, Malone era el mejor pívot de la competición, anotaba entre 25 y 30 puntos por noche y tenía que desgastarse en el poste bajo, tratando de recibir y anotar todas las veces que fuera posible... Y aun así, batió todos los récords de rebotes ofensivos de la NBA, todavía no superados.


LEGADO

¡Qué añadir aquí tras todo lo ya expuesto! Moses es uno de los únicos ocho jugadores de la historia de la NBA que han logrado ser al menos tres veces MVP de la competición. Kareem Abdul-Jabbar (6), Bill Russell y Michael Jordan (5), Wilt Chamberlain y LeBron James (4) y Moses Malone, Larry Bird y Magic Johnson (3). Es el líder en rebotes ofensivos de la historia de la liga, el segundo jugador con más tiros libres anotados de todos los tiempos, el tercer máximo reboteador en rebotes totales (si juntamos NBA y ABA) y el noveno anotador de todos los tiempos. Unos números impresionantes para alguien que siempre ha sido la superestrella más infravalorada y menos mediática de la historia de la NBA. Poco amigo de los focos, más "profesional" que "estrella", Moses es el único, de entre los mejores de siempre, que acostumbra a aparecer más abajo de lo que realmente merece en muchas listas y tops con los mejores jugadores de la historia. Del Harris lo dijo en su funeral "Moses siempre ha sido el más infravalorado de los 10, 15 o 20 más grandes de la historia de este deporte". Cierto, muy cierto...

Hay once jugadores, históricamente hablando, que bien podrían estar a la altura de Moses a la hora de confeccionar un top histórico serio, o incluso más arriba: Jabbar, Chamberlain, Russell, Jordan, Magic, Bird, Robertson, LeBron, Olajuwon, Shaquille y Duncan... Tal vez también Julius Erving y Kobe Bryant, aunque no lo tengo tan claro, pero ya está, no hay más. Creo sinceramente que los Karl Malone, Charles Barkley, Rick Barry, etc... están un peldañito más abajo, por más grandes que estos fueran. entonces ¿Por qué casi nunca Moses es tratado en consonancia con su nivel real? ¿Incultura baloncestística? ¿El poder de lo mediático por encima de lo auténtico? ¿Simples sensaciones?

No obstante, en los últimos tiempos he visto rayos de luz, en medios de comunicación profesionales, en otros no profesionales, en canales de Youtube... Hay quién se va dando cuenta de ello e invierte cierto esfuerzo en reivindicar la figura de Moses debidamente. Basta con estudiar la historia, con sumergirse en los libros de datos para darse cuenta del inmenso error reiterado por muchos de obviar la figura de uno de los más grandes de siempre. Yo contribuí a esta reivindicación durante más de diez años en mi blog anterior, incluyendo una campaña para que los Sixers le retiraran el dorsal junto a la web Los Sixers de Philadelphia. Y, por supuesto, he seguido con esta reivindicación hoy aquí, en un día tan especial para Moses Malone y para la "familia sixer". Al final el baloncesto es cultura, y cultura es escribir la historia como debe ser contada, colocar a cada cual en su lugar... Y yo estoy feliz por el trabajo realizado.

Nos seguimos leyendo por aquí siempre que vosotros lo deseéis, de forma más pausada, pero incansable. Bienvenidos de nuevo y gracias por estar ahí... 'Nuff said!


ACTUALIZACIÓN (AÑADIDO DE IMÁGENES DE LA CELEBRACIÓN EN PHILADELPHIA)