lunes, 30 de julio de 2012

Anécdotas y divagaciones baloncestísticas: ¿Será esta selección USA 2012 el triunfo definitivo del all-around basketball?

Hace tiempo que el baloncesto está cambiando... Bueno, lo cierto es que nunca ha dejado de evolucionar, pero en los últimos tiempos estamos viviendo un cambio bastante radical que, de forma progresiva, está cambiando la filosofía de lo que es un equipo de baloncesto, de las posiciones que tradicionalmente han ocupado los jugadores sobre la cancha y muy especialmente de la importancia del juego interior que antaño era considerado imprescindible para que un equipo lograra títulos y grandes hazañas.

En los últimos tiempos, los escoltas y aleros exteriores han ido creciendo en altura (y fuerza) y, en consecuencia, en capacidad para jugar al poste bajo. Los bases, cada día que pasa, son más combo-guards que playmakers puros (salvo ilustres excepciones). Y los pívots, ¡ay los pívots!... Los antaño grandes dominadores del baloncesto han ido quedando relegados, de forma progresiva, a poco más que fajadores (en el mejor de los casos) o tipos altos que tratan de intimidar en defensa, por su altura y/o envergadura, y que en ataque están por ahí realizando bloqueos y lanzando algún tirito de media distancia si les dejan espacio y el base les ve...

Son muchos los amantes del baloncesto que he leído, o con los que he conversado, que están a favor de esta evolución; que la ven lógica y acorde a los nuevos tiempos y la consideran como un triunfo del all-around player, de la polivalencia y de la constante evolución técnica de este deporte...

...Muy bien, pero yo no estoy de acuerdo.

Ernesto, el capitán del siempre interesante blog El Dolor de la Lucidez, y ex-profesional del baloncesto, me comentó una vez que él no veía con demasiados buenos ojos esta evolución; que no entendía como en vez de un base a la vieja usanza, un pívot que tratara de hacerse fuerte cerca del aro, etc., etc., hubieran muchos equipos con cinco tíos muy altos, todos lanzando más o menos bien desde lejos, pero que ninguno destacara de forma especial en nada... Pívots altos, con buena movilidad y capacidad para lanzar desde lejos, pero que al final del partido mirabas las estadísticas y habían hecho 7 puntos y 4 rebotes, ¿...?

¿Es esta una buena evolución?

No quiero enrollarme más con este tema, especialmente cuando hace tiempo que tengo en mente un Reflexiones desde Springfield sobre todo esto, pero quiero lanzar una pregunta al aire: Si esta selección norteamericana presente en los JJ.OO. de Londres 2012 acaba arrasando y colgándose la medalla de Oro, y teniendo en cuenta la poquísima importancia, y presencia, de los pívots en el equipo, ¿Representará el triunfo total y definitivo de este tipo de baloncesto?

¿Qué opináis?

Personalmente no me gusta ir de típico triunfalista "modo ÑBA" diciendo que España puede ganar perfectamente a los USA y todo eso, pero sí que pienso, al contrario que muchos, que hay alguna opción... Y esa opción pasa precisamente, entre otras cosas, por el juego interior. El juego interior de la selección española actual es, a mi modo de ver, el mejor del mundo, NBA incluida. Mirad al equipo NBA actual que queráis y comparad a sus dos hombres altos titulares más sus pívots reservas con el triunvirato Pau, Marc e Ibaka, más el siempre interesante añadido de Felipe... Es definitivamente el mejor juego interior del mundo a día de hoy.

Precisamente por ello yo veo este hipotético enfrentamiento USA-España como algo más que la revancha de Pekín. Lo veo también como el enfrentamiento entre dos baloncestos distintos; el basket del cual estábamos hablando más arriba con el baloncesto más clásico que representa España, con bases creadores de juego, escoltas y aleros incisivos y anotadores y pívots de enorme peso específico tanto en defensa como en ataque...

...Para mi, un hipotético triunfo de la selección española, por otro lado dificilísimo, significaría mucho más que la simple victoria de España sobre los USA; significaría el triunfo del ba-lon-ces-to que a mi me gusta sobre el baloncesto all-around que hemos estado comentando en este artículo.

lunes, 23 de julio de 2012

The Chosen One ha muerto, ¡¡Long live the King!!

No, no os asustéis, por favor, LeBron está vivo, y que por muchos años lo siga estando... A lo que yo quiero hacer referencia con el título de este post es a la evolución definitiva que LeBron Raymond James ha sufrido a lo largo de esta temporada 2011-12 y que ha terminado cuajando definitivamente en estas pasadas finales, frente al que va a ser su principal rival deportivo a lo largo de toda esta década que apenas acabamos de empezar, Kevin Durant.

El nombre de The Chosen One (El Elegido) bien podría representar al chico a quién el pueblo eligió como el que debía ser rey... Quién debería reinar... Y como tal, el pueblo lo idolatraba, pero también le exigía; le exigía mucho... Y también lo comparaban... Lo comparaban a otros que habían reinado antes; y muy especialmente al más idolatrado de todos los grandes reyes pasados...

...Ante todo esto solo surgía un problema... LeBron no era como aquel gran rey; era otra cosa, otro estilo de jugador... Pero el pueblo seguía pidiéndole que fuera como aquel rey, sí o sí.

Tras varias temporadas y hazañas baloncestísticas individuales que no vamos a ponernos a recordar aquí, LeBron llegó a una final de la NBA en la que fue (otra vez) elegido como favorito a ganarla por el pueblo... Ese pueblo siempre ávido de ídolos y mártires. LeBron, en aquellos momentos, ya era algo más maduro que en tiempos anteriores, pero el pueblo no le dejó fluir en paz... El pueblo, en ocasiones tan inconsciente como cruel con sus críticas y exigencias, le exigió una vez más ser como aquel gran rey pasado (¡¡Sí, Michael Jordan, joder!!), pero LeBron no era como Michael Jordan, era LeBron James.

En este post publicado tras las finales Mavericks-Heat del pasado año, y cuando todo el mundo criticaba a LeBron a rabiar, yo, que tantas veces lo había criticado antes, rompí una lanza en su favor... Sí, me gusto lo que hizo, me gustó que por una vez, entre todas aquellas exigencias para que fuera Jordan, decidió ser Magic... No tuvo suerte, su equipo tampoco respondió demasiado y cuando los partidos encararon sus rectas finales sus cables se cruzaron y quedó perdido en el limbo a medio camino entre Magic y Jordan, pero sin poder acabar de definirse.

Bien, este año sí se ha definido... LeBron ya no necesita ser Jordan; tampoco es Magic, pero ha conseguido el ansiado anillo, ¡Su anillo!... Y lo ha conseguido frente a un enorme jugador que está destinado a dominar el siguiente lustro de NBA junto a él, lo ha conseguido frente a su máximo rival a día de hoy en el baloncesto mundial, lo ha conseguido frente a Kevin Durant y sus Oklahoma City Thunder.

¡Pueblo, escúchame!, aunque no seas muy bueno escuchando... Deja en paz a LeBron, deja de joderlo... LeBron no es ni será nunca Jordan, pero es que tampoco lo necesita. LeBron, ahora sí, ha encontrado su sitio definitivo a medio camino entre Magic y Jordan, pero sin ser ni uno ni otro... LeBron ahora es LeBron James, lo que debió ser desde el principio... Ya no es The Chosen One, ya no necesita que nadie lo elija ni le dicte el camino a seguir, ahora es simplemente The King; LeBron "The King" James... ¡¡¡Larga vida al Rey!!!

lunes, 9 de julio de 2012

The 30 greatest centers - the collection: Menciones de honor (anexo)

Contratiempos aparte, aquí os dejo el post colofón que prometí sobre la serie de los 30 mejores centers de la historia del baloncesto. El post es, en esencia, una serie de menciones de honor a un puñado de ilustres centers que se han quedado fuera de los 30 por muy poco. En primer lugar tendremos a 12 (número redondo, baloncestísticamente hablando) nombres que son los que realmente se han quedado fuera de los 30 ilustres por muy poco; unos más y otros menos, todos podrían haber llegado a entrar en la lista. Depués, el post se completa con otros 8 nombres que sumados a los 30 ilustres y a estos otros 12, forman la redonda cifra de 50, con lo cual juntando todos los aquí nombrados con los 30 mejores centers de la historia, tendríamos una especie de lista con los 50 mejores de todos los tiempos... Aquí los tenéis:

- Los 12 que se han quedado fuera de los 30 por los pelos:

> Joe Barry Carroll: el jugador que más por los pelos se ha quedado fuera de la lista. Un pívot lleno de clase y talento que lo tenía todo para ser uno de los mejores, pero cuyo carácter pasota le terminó pasando mucha factura. En sus primeras temporadas profesionales cuajó muy buenos números, aunque sin llegar nunca a lo que debería haber llegado. Su mejor temporada fue, probablemente, la 1982-83 (Warriors), donde promedió 24,1 puntos, 8,7 rebotes y 2 tapones.


> Ben Wallace: uno de los mejores centers defensivos de todos los tiempos, Big Ben solo se ha quedado fuera de los 30 debido a su limitadísima capacidad ofensiva. Su mejor temporada estadística fue la 2002-03 (Pistons), donde promedió 6,9 puntos, 15,4 rebotes y 3,2 tapones.


> Bob Rule: un center del cual habríamos oído hablar mucho más de no haber sido por las malditas lesiones, como demuestran sus números de la temporada 1969-70 (Sonics): 24,6 puntos y 10,3 rebotes; o los que estaba realizando a principios de la siguiente, cuando se lesionó de gravedad y ya nunca pudo volver a ser el mismo: 29,8 puntos y 11,5 rebotes.


> Dan Issel: otro de los que se ha quedado fuera muy, muy, muy por los pelos. A medias por ser medio center/medio power-forward, a medias porque sus espectaculares números en la ABA (29,9 puntos y 13,2 rebotes en su año rookie con los Kentucky Colonels) fueron decreciendo progresivamente. De todos modos siempre estuvo en grandes números para ser un pívot relativamente bajo.


> Zelmo Beaty: otro center no muy alto, pero muy batallador, que pasó media carrera en la ABA y la otra media en la NBA, solo que en su caso fue al revés de lo habitual, comenzando en la NBA para pasar después a la liga del balón tricolor. Su mejor temporada estadística fue la 1970-71 (Utah Stars), donde promedió 22,9 puntos y 15,7 rebotes.


> Mel Daniels: con permiso de Artis Gilmore, el mejor pívot de la historia de la ABA. Es uno de los grandes damnificados de la historia del baloncesto profesional norteamericano, puesto que apenas se habla de él, pero sus números demuestran que fue uno de los más grandes de la historia de la mítica ABA. Su mejor temporada estadística fue la 1968-69 (Pacers), donde promedió 24,0 puntos, 16,5 rebotes y 1,5 asistencias.


> Mark Eaton: una verdadera montaña humana, buque insignia de los Jazz de la era Layden, junto a Stockton y Malone. Fue un auténtico muro inabarcable cerca de su propio aro, pero su limitadísima movilidad lo condicionó mucho. Su mejor temporada estadística fue, sin ninguna duda, la 1984-85, donde promedió 9,7 puntos, 11,3 rebotes y 5,6 tapones.


> Swen Nater: si existe un adjetivo que encaje a la perfección con Nater es: olvidado. No fue ningún portento técnico, pero sus números no son nada despreciables. Es el único jugador de la historia del baloncesto que consiguió ser máximo reboteador de la NBA y de la ABA en al menos una ocasión. También fue rookie del año en la ABA (1974) y máximo reboteador de la NBA en 1980, quedando (con sus 15,0 rebotes de media) por encima de jugadores como Moses Malone, Wes Unseld, Kareem Abdul-Jabbar o Jack Sikma. Su mejor temporada estadística fue la 1974-75 (Spurs), donde promedió 15,1 puntos, 16,4 rebotes y 1,1 tapones.


> Vladimir Tkachenko: Hablar de Tkachenko es hablar de un mito, en el sentido más estricto de la palabra. Su sombra fue alargadísima (en todos los sentidos), pues era habitual que gente ajena al baloncesto conociera su nombre y hubiera oído hablar sobre su temible y descomunal presencia (2,20 m.) sobre las mejores canchas europeas, impartiendo terror y respeto a todos los pívots rivales. Lamentablemente no existen estadísticas sobre sus mejores temporadas en el CSKA de Moscú.


> Marcus Camby: en cierto modo se podría decir que Camby fue un pionero del estilo de center que se ha estilado en los últimos tiempos, sin movimientos de espaldas al aro, jugando básicamente de cara, y centrado especialmente en labores defensivas y reboteadoras; aunque eso sí, todo esto llevado hasta su mejor versión. Su mejor temporada estadística bien podría ser la 2005-06 (Nuggets), donde promedió 12,8 puntos, 11,9 rebotes y 3,3 tapones.


> Neil Johnston: Si a la década de los 50 le quitáramos a George Mikan, entonces deberíamos hablar de Neil Johnston como el mejor center de su época. Disputó toda su carrera profesional en los Philadelphia Warriors, siendo su última temporada la 1958-59, curiosamente la anterior a la llegada de Wilt Chamberlain. Su mejor temporada estadística fue la 1954-55, donde promedió 22,7 puntos, 15,1 rebotes y 3,0 asistencias.


> Jeff Ruland: tras una primera temporada profesional en que optó por venirse a Europa y jugar un año con el Barça, disputó algunas temporadas muy buenas con los Washington Bullets, pero las lesiones cercenaron por completo su carrera. Su mejor temporada estadística fue la 1983-84, donde promedió 22,2 puntos, 12,3 rebotes, 3,9 asistencias y 1,0 tapones.


- Y los 8 que completarían la imaginaria lista de 50:


> Rony Seikaly: poco que añadir sobre el amigo de Bertín Osborne, aparte de que fue un pívot solvente, buen anotador y reboteador, que acabó muy eclipsado debido a la dura época que le toco vivir (Olajuwon, Ewing, Robinson, O'Neal, Daugherty, Mourning...). Su mejor temporada estadística fue la 1992-93 (Miami), donde promedió 17,1 puntos, 11,8 rebotes y 1,2 tapones.


> Caldwell Jones: un pívot extremadamente longevo que cuajó toda una carrera en la NBA centrada eminentemente en labores defensivas, pero que durante sus primeros años en la ABA también dio muestras de cierta capacidad anotadora. Su mejor temporada estadística fue en la ABA, 1974-75 (San Diego Conquistadors), donde promedió 19,5 puntos, 14,1 rebotes y 3,2 tapones. En la NBA jamás alcanzó los 10 puntos de media.


> Zydrunas Ilgauskas: un gran center que siempre (desde su llegada a la NBA) estuvo condicionado por las lesiones, pero que aun así logró realizar muy buenos números. Disputó la práctica totalidad de su carrera profesional en los Cleveland Cavaliers y su mejor temporada estadística fue la 2004-05, donde promedió 16,9 puntos, 8,6 rebotes y 2,1 tapones.


> Sam Lacey: pívot serio y cumplidor en ambos lados de la cancha, gran jugador de equipo, pero también eclipsado por varios grandes centers con los que tuvo que compartir época (década de los 70). Su mejor temporada estadística fue la 1973-74 (Kansas City-Omaha Kings), donde promedió 14,2 puntos, 13,4 rebotes, 3,8 asistencias y 2,3 tapones.


> Dino Meneghin: sin ninguna duda uno de los mejores pívots europeos de todos los tiempos y tal vez el mejor pívot que no haya disputado nunca ninguna temporada en la NBA (dejando aparte a Cosic y Tkachenko). Su mejor temporada estadística probablemente fuera la 1973-74 (Varese), donde promedió 17,3 puntos y 9,5 rebotes.


> Darryl Dawkins: por talento y potencial físico, Darryl debería estar claramente en la lista de los 30, pero el destino le dio una cabecita que habría hecho las delicias del psicoanalista más ambicioso y Darryl se quedó en un personaje extravagante y simpático que, eso sí, revolucionó la NBA con sus impresionantes y demoledores mates... Pero poco más. Su mejor temporada estadística fue la 1979-80 (Sixers), donde promedió 14,7 puntos, 8,7 rebotes, 1,9 asistencias y 1,8 tapones.


> Mychal Thompson: un pívot que llegó a la NBA por la puerta grande, explotando definitivamente en su tercera temporada (si no contamos una segunda que se perdió entera por lesión) en los Blazers (1981-82), cuando promedió 20,8 puntos, 11,7 rebotes, 4,0 asistencias y 1,4 tapones. Pero desgraciadamente, a partir de ahí, no dejó de ir de más a menos, hasta llegar a convertirse en el reserva de lujo de un veterano Abdul-Jabbar en los Lakers, pero poco más.


> Steve Stipanovich: otro de los grandes deshauciados por la lesiones de la historia de la NBA. Steve era un pívot talentoso que cuajó cinco temporadas muy prometedoras en los Pacers, pero su carrera quedó ahí; tras su quinta temporada (13,5 puntos, 8,3 rebotes y 2,3 asistencias) tuvo que retirarse.


Antes de terminar, solo citar que no he tenido en cuenta para esta lista a Marc Gasol ni a Andrew Bynum, debido a su juventud, aunque no tengo ninguna duda de que van a desbancar a varios de los centers que aquí aparecen. También me gustaría añadir que en la historia de la NBA han habido dos centers que por las circunstancias que fueran (y que ahora no vamos a explicar) terminaron jugando en la posición de ala-pívots (e incluso la definieron, o redefinieron), Bob Pettit y Tim Duncan. De ser considerados pívots, ambos estarían de largo en la ilustre lista de los 30, pero como oficialmente han sido siempre cuatros... ahí lo dejamos.

E-e-e-e-e-e-e-e-esto es to-to-todo amigos.

miércoles, 4 de julio de 2012

Orlando Woolridge (16-12-1959 - 31-5-2012)

¡¡Por fin!!... Ya he terminado con la titánica labor de búsqueda y edición de imágenes que, como os comenté en un par de ocasiones, me autoimpuse a raíz de los futuros (ya casi presentes) cambios radicales en la interfaz de Blogger. Han sido unos meses muy duros, en los que no he podido prestarle al blog toda la atención que me hubiera gustado... Pero ya está; espero que todo vuelva a fluir con normalidad.

En breve tendréis el largamente prometido "post colofón" de la serie de los 30 mejores pívots de la historia, pero ahora, antes de nada, le/os/me debo un homenaje que tenía pendiente... Un homenaje a otro de los nuestros... Sí, otro de los nuestros que se nos ha ido... Y digo "otro de los nuestros" por que el pasado año, durante la muerte de Armen Gilliam, fuimos varios los que tomamos esta frase casi como un lema: Se fue uno de los nuestros. Y es que hay una serie de jugadores, independientemente de mitos como Magic, Larry, Michael, etc., que nos marcaron a muchos; fueron actores más o menos secundarios, aunque importantes, en aquel maravilloso circo que fue la NBA de los 80 y principios de los 90 (la mejor de la historia) y que por lo tanto, marcaron profundamente nuestro amor y afición por este deporte. Y Orlando Vernada Woolridge fue, sin ninguna duda, uno de ellos.

Woolridge fue parte importante del sentido del espectáculo que transmitía aquella NBA de la época; sus mates eran devastadores, no en vano fue invitado a participar en el primer concurso de mates de la historia de la NBA (1984), y su físico uno de los más poderosos que se han visto a lo largo de la historia del baloncesto (en cualquier época). Por cierto, su físico siempre me recordó al de otro ilustre de la época, aunque en este caso solo de la ACB; Arthur Housey (ex del Joventut, Breogán y TDK Manresa).

En parte se podría decir que Orlando fue un alero adelantado a su época, puesto que a pesar de su poderoso físico y sus 2,06 de altura, ni era un gran reboteador ni jugaba de ala-pívot, si no de alero exterior. No fue un gran tirador, pero su fuerza y su explosiva capacidad de salto lo hacían imparable en las cercanías del aro (con Magic se entendió a la perfección durante los dos años que jugó en Los Angeles). Sus mejores temporadas estadísticas se vivieron en Chicago (22,9 puntos y 5,6 rebotes en 1985), donde llegó a compartir cancha con Michael Jordan; y muy especialmente en 1991 (25,1 puntos y 6,8 rebotes), cuando se unió a aquel despropósito ofensivo que fueron los Denver Nuggets posteriores a English y Lever y anteriores a la llegada de Mutombo.

Orlando siempre demostró calidad sobre la cancha, pero también es cierto que siempre dio la sensación de que nunca terminó por alcanzar la cima de sus posibilidades, y es que cuando más brillaba en los Bulls fue traspasado por incompatibilidad con Jordan... Y luego llegaron los problemas con la drogas, que lo condicionaron hasta el final de su carrera... Y tal vez de su vida.

ORLANDO WOOLRIDGE
REST IN PEACE
(1959-2012)