martes, 28 de mayo de 2024

HOMENAJE A BILL WALTON (1952-2024)

Ayer falleció Bill Walton, uno de los mejores jugadores que hayan jugado nunca al deporte de la canasta. Pívot deportivamente desequilibrante pero a la vez humilde, un gran defensor e intimidador que en ataque representaba el prototipo perfecto de estrella humilde, siempre centrado en el equipo por encima de cualquier individualidad. También una persona muy querida y apreciada fuera de las canchas, un hippie que, al contrario que la mayoría, jamás dejó de serlo y que siempre hacía mejores y más felices a quienes estuvieran a su alrededor.


Más allá de su trofeo de MVP y de su anillo de campeón en apenas un par de temporadas sano -gesta increíble donde las haya-, de sus dos campeonatos de la NCAA o de su glorioso canto del cisne con los Boston Celtics, ya deshauciado físicamente, hoy, aquí, quiero homenajearle de un modo distinto al habitual, puesto que no se trata de un jugador convencional... Quiero rendir tributo tanto al jugador como a la persona, puesto que su calidad humana fue tan grande o más que su calidad como jugador de baloncesto.

FRASES DE BILL WALTON

El baloncesto es una de esas raras oportunidades en las que puedes marcar la diferencia, no sólo para ti, sino también para otras personas.

Nadie se ha perdido más baloncesto en la historia de la NBA que yo. Jugué 14 temporadas, estuve en plantilla durante 14 años y me perdí más de nueve temporadas y media completas.


Viví para jugar a baloncesto. Cuando era niño, Bill Russell y los Boston Celtics eran mi equipo favorito. La forma de jugar, el trabajo en equipo, el sacrificio, el compromiso, la alegría, el compañerismo, la relación con la afición.

Nunca podremos agradecerle lo suficiente a David Stern. Su visión de utilizar el baloncesto para mejorar la calidad de nuestras vidas y hacer de este mundo un lugar mejor y más racional, ese tipo, es el hombre más importante en la historia del baloncesto.


La vida va de crecimiento. Las personas todavía no son perfectas cuando tienen 21 años.

Crecí en una familia no deportista, donde mis padres estaban interesados ​​en la música, la literatura, la educación y el arte.

La música es fundamental en nuestras vidas y cultura. Es la inspiración que nos impulsa. También es la ventana a nuestras almas. Es un reflejo de quiénes somos, qué representamos y hacia dónde vamos.


Tienes que entenderlo, mi barba es muy desagradable. Quiero decir, es la única barba en la historia de la civilización occidental que hace que la barba de Bob Dylan se vea bien.

Los Grateful Dead son mis mejores amigos. Su mensaje de esperanza, paz, amor, trabajo en equipo, creatividad, imaginación, celebración, el baile, la visión, el propósito, la pasión, todas las cosas en las que creo, me convierten en el Deadhead más afortunado del mundo.


Bill Russell fue mi jugador favorito de todos los tiempos.

No siento nada más que respeto por los Lakers. Muchas de sus leyendas moldearon quién soy como persona y jugador.

Sin lugar a dudas, Kareem Abdul-Jabbar fue el mejor jugador contra el que jugué.


Mucha gente entiende perfectamente lo que significa no decir nada, por lo que, en efecto, no decir nada es decir mucho.

Mi bicicleta es mi gimnasio, mi silla de ruedas y mi iglesia, todo en uno. Me gustaría andar en bicicleta todo el día, pero tengo algo llamado trabajo que se interpone en mi camino.

Soy producto de los libros que he leído a lo largo de mi vida.


No duermo mucho. Siempre estoy en movimiento. Mi cerebro está acelerado. Mi esposa dice que mi mente es como los rodillos de una máquina tragaperras. Pues sí, pienso en todo.

Ser locutor abarca el negocio del deporte -que es mi vida actualmente-, las habilidades de un estudiante de historia y la capacidad de ser un artista.


A mis 49 años puedo decir algo que nunca hubiera dicho cuando era jugador: que soy mejor persona gracias a mis fracasos y desgracias.

He tenido 36 operaciones ortopédicas, tengo dos tobillos soldados, mis rodillas, manos y muñecas no funcionan, ahora tengo la columna soldada, pero más allá de eso, todo está genial.

Aunque lo más normal y tópico sería escribir principalmente sobre sus logros y virtudes sobre la cancha, que a pesar de que su carrera efectiva fuera tan corta fueron realmente muchos, lo único que me sale sinceramente de las entrañas es darle voz, como he hecho con todas las frases anteriores, y darle las gracias por haber sido una persona sabia y humilde en un mundo de estrellas arrogantes y soberbias, un ejemplo a seguir por todos y el tipo de jugador de baloncesto que siempre querría tener en mi equipo... Porque no olvidemos que, aunque admiremos profundamente como deportistas a tantas grandes estrellas de la NBA, no todas se convertirían en nuestros mentores, amigos y compañeros, en toda la extensión de la palabra compañero, como los Moses Malone, Tim Duncan, Mike Conley, Jrue Holiday... O, por supuesto, Bill Walton.

Descansa en paz, Bill, y gracias por haber hecho de este mundo un lugar mejor.

5 comentarios:

Nique_is_better dijo...

Saludos, Mo!

Magnífico glosario, lástima que no pudiera verlo en su plenitud.

Mo Sweat dijo...

Saludos, Nique.

Llegamos tarde, sí, bastante tarde para poder haber disfrutado de su plenitud e incluso un pelín tarde para poder haber disfrutado de aquel broche de oro que supuso su temporada 1985-86 con los Boston Celtics, en el que fue uno de los mejores ejemplos de juego colectivo que se ha visto en la historia de la NBA.

Maverik dijo...

Un post muy bonito.

Descansa en paz, big red.

Mo Sweat dijo...

Amén.

Saludos, Mav.

Mo Sweat dijo...

Y gracias.