Dick Motta dijo en una ocasión: La ópera no termina hasta que no canta la gorda... Y es una frase que se puede aplicar a la perfección a lo que ha ocurrido en la final de la ACB/Liga Endesa de esta temporada 2011-12, disputada por el Real Madrid y el F.C. Barcelona, y en la cual la emoción, sin ninguna duda, ha estado más que garantizada.
Lo cierto es que el Real Madrid venía jugando bastante mejor, en general, a lo largo y ancho de todos los enfrentamientos entre ambos equipos que se han ido producido durante la temporada. Y además, tras los tres primeros partidos de la final (dos ganados por el Madrid y uno por el Barça de forma agónica y casi milagrosa) todo apuntaba a que el título solo iba a tener un color, el blanco del Real Madrid...
...Pero de épica y de leyenda se escribe la historia, o eso dicen, y la del baloncesto no es diferente. Tras la dolorosa y humillante derrota del tercer partido, el Barça se encontraba con que venía jugando muchísimo peor que su rival; por más que lo intentara no conseguía imponerse. Tenía a su primera espada ofensiva, Juan Carlos Navarro, tocado (y claramente lejos de su mejor nivel), a Boniface N'Dong, su principal bastión defensivo, prácticamente imposibilitado para jugar, a todos los nuevos fichajes de este año rindiendo a un nivel bajísimo, prácticamente decepcionante; y sustentándose únicamente en Erazem Lorbek (que ha cuajado una gran temporada), en la garra de Pete Mickeal (que tras todos los problemas de salud sufridos el pasado año no había conseguido volver a su nivel habitual en ningún momento de la temporada) y en bien poquito más.
A priori, el cuarto partido, disputado en Madrid, presentaba un panorama desolador para el Barça, que andaba perdiendo 1-2, a un paso de perder la final y sin haber demostrado prácticamente en ningún momento de los tres anteriores partidos (salvando el último cuarto del primero), capacidad de reacción alguna. El Real Madrid, además, de la mano del nuevo técnico, Pablo Laso, había estado jugando un baloncesto de muchísimo nivel, rápido, alegre, con un gran equilibrio entre el juego exterior y el interior y lo que es más importante, dejándole siempre un buen sabor de boca a la afición, anímicamente tocada tras la aburrida, absurda e infructuosa era Messina, repleta de grandes fichajes a golpe de talonario, pero sin título alguno que los avalara y jugando a partidos de 50 o 60 puntos. Quede desde aquí constancia de mi aprecio por todo el trabajo realizado por Pablo Laso.
Pues bien, incomprensiblemente, el Barça, jugando con prácticamente seis hombres (lo cual me pareció una decisión absolutamente soberbia de Xavi Pascual, que hasta ese momento había vagado a la deriva por la final, como su equipo), ganó ese cuarto partido en Madrid y se plantó en Barcelona con fuerzas renovadas y unas ganas de ganar el quinto que prevalecían por encima de todos los inconvenientes, que no eran pocos... Y también ganó.
Las estadísticas ya las tenéis en otros sitios, la crónica del partido también; yo desde aquí solo quiero destacar algo que me ha parecido absolutamente histórico, algo que me ha hecho poner la piel de gallina, que me ha hecho vibrar como no lo hacía desde mucho tiempo atrás en una final de la ACB... Me refiero a Pete Mickeal, a sus ganas de ganar, a su entrega y saber estar en la cancha absolutamente colosales y a su clase, su enorme clase.
En ningún momento de la temporada había logrado volver a su mejor nivel, perdido durante el pasado año por culpa de varios problemas físicos y de salud que prácticamente le obligaron a pasárselo en blanco... Y si no lo había logrado en ningún momento de la temporada ni tampoco en los tres primeros partidos de esta final, ¿Como iba a logralo ahora, con lo fundido que tenía que estar, tanto física como psicológicamente?... Y ahí enlazo con el título del post: Nunca subestimes el corazón de un campeón.
Y personalmente, lo que más me ha dolido, ha sido todo lo que se le ha llegado a ningunear durante la temporada (tanto por parte de aficionados del Madrid como por parte de aficionados del Barça)... Que si ya no es el mismo, que si ya está acabado, que si el Barça tiene que ir pensando en un sustituto para el año que viene, que si Carlos Suárez y Mirotic se lo comen vivo, que si... Como diría Fernando Fernán Gómez: ¡¡A la mierda!!
Gracias Pete, siempre ha sido un placer tenerte por aquí, en el Breogán, en el TAU o en el Barça, poder disfrutar de tu ba-lon-ces-to y vibrar contigo. Lo de estos dos últimos partidos de la final de la ACB, pasará a los anales de la historia de nuestro baloncesto. Gracias, Pete "Corazón de León" Mickeal, gracias por todo.
8 comentarios:
Lo siento mucho, pero todo lo que tiene de gran jugador Pete Mickeal, lo ha perdido como mal deportista. primero, por el puñetazo a velickovic y segundo, por el ninguneo a Suarez en el incio del cuarto partido.
No creo que haya nadie con tanta sangre fría en los últimos minutos como él, pero me ha decepcionado como persona y deportista.
llamadme romántico, pero quiero que el gran jugador sea mejor deportista, como Durant o como Diamantidis, pero me niego a reconocer dichos méritos en este jugador.
comos eguidro del Madrid, y abonado, sólo puedo felicitar al barsa por sus ganas de ganar, su fe en si mismos y por respetar las decisiones de su entrenador. pero no voy a subir al trono de los grandes a un sinvergüenza que además, intentó justificar su acción por las supuestas continuas provocaciones.
El blog, no obstante, me parece de mucha calidad. Y prefiero elogiar a lorbek, a Navarro, a Pascual, pero no a ese jugador que me ha decepcionado de una manera tan tremenda.
Saludos, Juanito y gracias.
Creo que tus sentimientos te condicionan un poco en esto, ya que la cosa no fue así, tan clara, como comentas.
Antes de responderte, por si acaso, he mirado por lo menos unas cinco o seis veces las imágenes de la tangana, con total detenimiento, y... ¿Donde está el puñetazo?
Para empezar no es un puñetazo, es una especie de empujón, con la mano abierta y además el primero que lo toca es Velickovic, que llega increpándolo y le pone la mano encima, a lo que Pete responde quitándose la mano de Velickovic de encima un manotazo y después con el mencionado "puñetazo".
No sé, no quiero entrar mucho en este tipo de cosas, pero me desconcierta que haya tanta gente que defina un manotazo o empujón como un puñetazo, incluido algún medio de comunicación... Si esto no es distorsionar la información que me aspen.
Para mi Pete no es un jugador sucio; llevo muchos años viéndolo jugar y jamás lo calificaría así. Por ponerte un ejemplo, Bill Laimbeer era un jugador sucio, en todos los sentidos, y Moses Malone un jugador duro, que es muy distinto... Para mi Pete es como Moses, un jugador duro.
Vaya por delante que personalmente me ha gustado mas el juego del RM que no el del Barça. Y esto ha sido así a lo largo de toda la temporada.
Hace años que no soy muy fan de la ACB, miro algún partido si lo pillo de casualidad pero poca cosa mas, corren malos tiempos para los dementes. Ahora bién, casi siempre me quedaba viendo el partido del Madrid, mientras que con el del FCB seguía con el zapping; ¡Que manera de aburrir a la gente con la de grandes jugadores que tiene!. ¿El baloncesto no consiste en meter una canasta mas que el rival?. ¿No hay una cosa que se llama "correr al contrataque"?. ¿Y otra que se llama "fluidez en ataque"?. ¿Diversión?.
No lo sé, el triunfo del Barça me ha dejado un sabor extraño, como cuando en el cole sabias que podrías haber sacado mas de un 9 y te quedabas con el 6 justito, y que no eras tu el que había superado el exàmen sino que era el profesor quién había dado vidilla.
Saludos, Nique.
Bueno, la verdad es que estoy de acuerdo contigo, no me ha gustado el juego del Barça a lo largo de toda la temporada. El Madrid, en cambio, ha dejado atrás el "factor Messina" y de la mano de Laso ha comenzado a jugar a baloncesto.
De todos modos lo que yo pretendo destacar en esta entrada no es el estilo de juego del Barça (que no me gusta) sino la calidad, la trascendencia y el carácter tremendamente ganador de Pete Mickeal, que ha conseguido cambiar el rumbo de las finales y le ha dado al Barça un título que era prácticamente imposible.
Enhorabuena al campeón, la remontada tuvo mucho mérito ante un equipo creo que superior, y enhorabuena a Pete Mickeal por el tremendo último partido que realizó, ahí demostró su casta de campeón, pero también creo que su actitud fue impresentable en la tangana. Primero por la agresión, no sé si puñetazo o manotazo, eso es lo de menos, pero también por su actitud de seguir buscando pelea, creo que se equivocó y que no hay que justificarlo. Un saludo.
Saludos, Fat.
Nunca hay que justificar la violencia ni las ganas de buscar jaleo y ahí estoy de acuerdo en que Pete también puso de su parte; de todos modos para mi no es lo mismo el que arranca por las buenas una pelea que el que salta cuando los demás ya han empezado y van a por él.
Y Pete, según se dice, aguantó mucho trash talking de Suárez y después vio como Velickovic iba hacia él con actitud agresiva, y lo más importante, poniéndole la mano encima... Por eso yo no pongo tan como villano a Pete.
Pete no es el tipo de jugador que buscará tanganas, más bien es el tipo de jugador que si lo buscas lo encontrarás...
De todos modos estoy contigo, jamás deberían justificarse este tipo de acciones sobre una cancha de baloncesto.
El trash talking va con el sueldo, eso lo sabemos todos. Lo que sí me parece interesante apuntar es que después del incidente Suarez desapareció de la serie por completo, se desvaneció, mientras que Pete Mickeal no paró de crecer. Es lo que se llama hacer bien tu trabajo. Un hombre contra un niño. Un saludo Mo.
Saludos, Fat.
Tienes toda la razón, ese dato marca una gran diferencia entre uno y otro.
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