jueves, 21 de julio de 2016

Adiós a Tim Duncan

Una vez terminado el homenaje fotográfico, en dos partes, a Tim Duncan, hoy, por fin, toca hablar de él...

Recuerdo que cuando se retiró Shaquille O'Neal, leímos por ahí, incluso en este blog, expresiones del tipo "se fue el último gran pívot" o "se fue el último gran dinosaurio", haciendo referencia a que Shaq ha sido el último de los grandes pívots de la historia del baloncesto... tras él, como ya hemos comentado muchas veces por aquí, poca cosa, muy poca cosa; basta con ver los pívots que han ocupado los quintetos ideales de la temporada en la NBA durante estos últimos años para hacerse una idea. Pero la verdad es que el auténtico punto de inflexión para los grandes jugadores interiores bien podría ser la retirada de Tim Duncan, más incluso que la de Shaquille O'Neal.

Aunque Duncan siempre haya sido considerado un ala-pívot, es más, el mejor ala-pívot de la historia, en mi humilde opinión siempre ha sido más un pívot que un ala-pívot, solo que por sus enormes condiciones técnicas (uno de los jugadores interiores con más y mejores fundamentos técnicos que ha visto la historia del baloncesto) y la época en la que le tocó vivir, especialmente durante la primera parte de su carrera (la que yo siempre llamo "la era de los grandes cuatros", con jugadores como el propio Duncan, Garnett, Nowitzki, Webber, Wallace...), además de jugar junto a David Robinson durante los primeros años de su carrera, se acostumbró a jugar de cuatro y como cuatro ha quedado para el imaginario colectivo para siempre jamás, aunque haya terminado jugando como pívot la parte final de su carrera y, en realidad, siempre haya sido un pívot que se acostumbró a jugar de ala-pívot al compartir equipo con el "Almirante" Robinson durante varios años.

Independientemente de que consideremos a Duncan como un cuatro o como un cinco, la verdad es que ha sido uno de los jugadores más grandes de todos los tiempos, tanto en defensa como en ataque, tanto dentro como fuera de las canchas; un auténtico ejemplo para todos aquellos jugadores jóvenes que llegan a la NBA, aunque no haya sido precisamente un jugador mediático ni excesivamente popular a pesar de su grandeza. Precisamente esta misma temporada hemos visto los dos polos opuestos con las retiradas de Kobe Bryant y el propio Timmy D... mientras que para Kobe toda la temporada ha sido un auténtico espectáculo, con homenajes hacia su persona en todas y cada una de las canchas de la liga y una traca final, en el último partido de la temporada, donde acaparó todos los focos, tuvo la visita de muchos ilustres de los Lakers para hacer la fiesta aún más grande, se tiró hasta las zapatillas y terminó anotando, nada más y nada menos, que 60 puntos, aunque fuera lanzando la friolera de 50 tiros de campo, algo que no había ocurrido desde hacía 33 años (y mira que ha llegado a haber chupones en estas últimas tres décadas)... Tim simplemente se fue; jugó su última temporada con total tranquilidad, lo meditó unos días una vez terminado el curso y simplemente se fue, como Batman cuando termina una misión, perdiéndose en la oscuridad de la noche, sin necesitar bombos ni platillos.

Todo esto me recuerda irremediablemente a Moses Malone, otro gigante de la historia del baloncesto de carácter introvertido, poco amante de los focos y de hablar con la prensa, humilde fuera de las canchas y apreciado por sus ex-compañeros de equipo, lo cual no pueden decir muchas otras grandes estrellas de este deporte, siempre con su gran ego por bandera. Mientras que apenas unos años antes dos leyendas como Julius Erving y Kareem Abdul-Jabbar habían vivido sus respectivas últimas temporadas como profesionales repletas de homenajes (un poco como Kobe, solo que sin la "traca final"), Moses fue alargando su carrera de equipo en equipo hasta los 40 años de edad (como Tim), aunque las tres últimas fueron más en calidad de mentor y ejemplo para los jugadores jóvenes, debido a una hernia discal que a los 37 lo fulminó, a pesar de haber mantenido todavía un gran nivel hasta ese momento. Pasados dos días de la Navidad de 1994, Moses vistió por última vez la camiseta de los San Antonio Spurs (¡que casualidad!), su último equipo profesional, debido a otra lesión y nada más se supo de él... muchos fueron los que ni se dieron cuenta de que Moses Malone se había retirado, simplemente se fue, una vez terminada su última misión, como Batman, perdiéndose en la oscuridad de la noche, sin más.

La única diferencia entre ambos jugadores ejemplares, dentro y fuera de la cancha, es que mientras Tim Duncan cayó, desde el primer momento, en el equipo adecuado, pudiendo contar con grandes compañeros durante la mayor parte de su carrera y con el mejor entrenador posible, Moses Malone solo estuvo en el equipo adecuado y contó con los compañeros adecuados en los Sixers de Philadelphia, equipo que cuando Moses llegó ya era bastante veterano y que una combinación de veteranía y mala suerte con las lesiones terminó muy rápido con su era de dominio.

En una época en la cual los jugadores de la NBA cada vez ganan más millones, en la cual los egos cada vez están más crecidos y en la cual falta humildad que encauce debidamente sus talentos, al menos en muchos casos, Tim Duncan debería ser puesto habitualmente como ejemplo para todos ellos, debería ser usado como espejo en el que mirarse... ¡Qué bien les hubiera ido, por ejemplo, a los Houston Rockets durante esta temporada! ¡Qué bien le iría a DeMarcus Cousins! ¡Qué bien le iría su ética de trabajo a DeAndre Jordan! ¡Y a Andre Drummond!... y podríamos seguir un buen rato.

Si con Shaq se nos fue el último gran dinosaurio, como pívot puro absolutamente dominante, con Duncan se nos va el último gran jugador interior, independientemente de que jugara de cuatro o de cinco, y la última gran megaestrella de carácter ejemplar dentro y fuera de las canchas... sí, todavía falta Kevin Garnett, quién también tiene pinta de que va a terminar yéndose un poco a lo Moses, pero su mal carácter y su eterno trash talking no lo sitúan precisamente como un jugador ejemplar en esos aspectos, aparte de que, por más grande que sea, que lo es, no está en el Top 10/Top 15 de la historia del baloncesto como Moses o Tim... algo parecido podemos decir de Dirk Nowitzki, que aunque también esté dejando un gran legado de grandeza, yo siempre lo sitúo al menos un peldaño por detrás de Duncan, aparte de que nunca lo he visto como un auténtico jugador interior, aunque siempre haya ocupado oficialmente la posición de cuatro... también está Pau Gasol, probablemente el jugador más equiparable a Duncan en todos esos aspectos de humildad y saber estar, dentro y fuera de las canchas, pero difícilmente podemos incluir a Pau en ese selecto grupo al que pertenecen Moses, Shaq y Duncan, es decir, al grupo de los mejores entre los mejores... y tras Garnett, Nowitzki y Gasol, un solar, pues el mejor jugador interior que quede todavía en activo, aparte de ellos, esta a años luz, al menos por ahora, de Tim Duncan.

Con Tim Duncan no solo se va un gran jugador, no solo se va el mejor Spur de la historia, no solo se va el mejor cuatro de todos los tiempos, no solo se va uno de los mejores jugadores que ha visto la historia del baloncesto... se va una parte de nosotros, al menos de los que coincidimos con él en el tiempo y lo supimos apreciar, se va el último vestigio, aunque no hubiera coincidido con ellos en el tiempo, de los Magic, Erving, Moses o Kareem... se va, en cierto modo, una parte del alma de este deporte.

Gracias por todo Tim, que te vaya muy bien.

2 comentarios:

Maverik dijo...

Como siempre, preciosas palabras cargas de reflexiones espectaculares.

Personalmente no me gusta la comparacion Moses - Duncan. Sabes q amo a Moses pero pongo a Duncan por encima de Moses y Shaq. Es verdad q en sus mejores años, Shaq y Moses fueron superiores a Duncan. La fuerza y potencia fisica de Shaq lo hizo literalmente imparable durante varios años. Y el talento innato para capturar rebotes y anotar como un poseso de Moses es algo q no se ha vuelto a ver 30 años despues... Si hasta la NBA fue un poco aburrido cuando Shaq y Moses estaban en su apogeo y tenian equipo competitivo!!! Pero para mi hay varios intangibles q hacen mejor a Duncan a nivel global y de carrera baloncestistica. El hecho q a los 38 años Duncan todavia era un crack, por ejemplo. Ni Moses ni Shaq puede decir lo mismo. Uno por las lesiones y el otro por gordo pasota. El hecho q Duncan fuera, en mi humilde opinion, no solamente un magnifico atacante sino tambien un defensor increible. Shaq y Moses no creo q puedan comprarase a Duncan en este aspecto. El hecho q Dundan fuera capaz de ceder el balon, de pasar y crear juego como Olajuwon. Creo q Moses y Shaq nunca tuvieron este talento. No se, la durabilidad, fiabilidad y eficiencia de Duncan para mi es algo imposible de describir.

Y dicho esto, considerando a Duncan un jugador extraordinariamente bueno, al nivel mas alto junto a Kareem (pongo solo a los interiores q vi jugar; supongo q Russell y Chamberlain tb estarian en lo mas alto del baloncesto), antes me quedo con LMoses, Shaq y Olajuwon, los dioses menores :-P pq me pasa esto? Bueno pq Duncan no tuvo carisma y pq nunca tuvo un juego especialmente vistoso. Q quieres q te diga... Duncan para mi esta e lo mas alto pero prefiero ver a The Dream bailando, a Moses capturando 30 rebotes o a Shaq aplastando a los rivales :-P

En mi humilde opinion, el mejor quinteto de la historia (desde q el baloncesto moderno nacio, esto es, cuando la ABA se unio a la NBA) solamente tiene una duda: el alero. Magic - Jordan - Larry o LeBron - Duncan - Kareem. LeBron seguramente merece el puesot pero Larry, ay Larry, q bueno eras maldito bastardo.


Saludos

Mo Sweat dijo...

Gracias, Mav.

No estoy comparando a Moses y Tim en cuanto a estilo de juego ni en cuanto a importancia y trascendencia en la historia de la NBA, sino en el simple hecho de que ambos fueron grandes estrellas de la liga, tipos humildes, poco amigos de los focos, más centrados en ganar que en salir en los highlights, ejemplos de profesionalidad para los jugadores jóvenes y jugadores longevos, debido a su ética de trabajo, que prefirieron desaparecer sin más en vez de montar fiestas de despedida a lo Kobe... simplemente es esto.

Aprovechando lo que comentas, añadir que solo veo equiparable a Duncan en todos esos aspectos que comentas de polivalencia y fundamentos técnicos al sr. Hakeem Olajuwon, evidentemente ni Moses ni Shaq eran tan completos y Kareem, que en cierto modo sí lo era, no era capaz de anotar de tres como Olajuwon y Duncan (aunque no se prodigaran mucho) y, en general, no lo veo tan capaz de jugar alejado del aro como a los otros dos, aunque también era muy completo, como pasador, taponador, defensor...

Shaq lo tenía todo para ser el más grande de todos los grandes, pero le faltó ética de trabajo y todos sabemos lo importante que es eso...

Y Moses, como hemos comentado tantas veces, fue el menos privilegiado de todos ellos en cuanto a físico, altura, manos pequeñas, etc... lo cual le da un mérito enorme y no hace sino crecer todavía más su leyenda.

Lo que comentas de que admiras tanto a Duncan y lo sitúas en el quinteto ideal de todos los tiempos y, a pesar de ello, prefieres ver jugar a Shaq, a Kareem, a Hakeem o a Moses antes que a él, es un dato perfectamente definitorio de lo que ha sido su carrera en la NBA en cuanto a popularidad y elementos mediáticos... yo admito que siempre lo he admirado muchísimo, pero quién me robaba el corazón en aquella época era Chris Webber... y después Kevin Garnett... eso sí, el tiempo pone las cosas en su lugar.

Saludos.