lunes, 25 de junio de 2012

Radiografía de una tangana

Poquito a poco estoy terminando con una labor realmente colosal que me he autoimpuesto. Se trata de algo que decidí hacer cuando Blogger anunció su cambio de interfaz, con todos los cambios radicales que ello conlleva con respecto a la actual. La nueva interfaz no permitirá modificar el tamaño de las imágenes de la misma forma que se ha podido hacer hasta ahora, lo cual, a mi personalmente, me condicionaba el formato de series de posts como los Basketball landscapes y muy especialmente el formato que tengo preestablecido para muchas entradas en mi otro blog, donde la temática hace que lo visual sea absolutamente primordial. Supongo que la cantidad de críticas que habrá recibido Blogger al respecto les habrá hecho modificar sus planes, puesto que el cambio definitivo que ya debería haber sido efectivo por estas fechas, según sus planes iniciales, se ha pospuesto unos meses, dándole más margen a la gente para aclimatarse a los cambios.

Personalmente me he centrado en subir imágenes y editarlas (antes de que los cambios impidan hacerlo como hasta ahora) para poder tener Basketball landscapes y Monográficos para mucho tiempo, sin renunciar al formato actual; el que siempre han tenido en el blog, vaya... Sin más, y con muy poco tiempo para dedicarle al blog debido a todo lo comentado, os dejo con este post un tanto sensacionalista, pero centrado en algo que ha sido de mucha actualidad en estos últimos días, la famosa tangana del 3º partido de la final de la liga Endesa.

¿Que qué me ha lanzado a publicar esta entrada?, pues lo sensacionalista y parcial que acostumbra a ser nuestra prensa en este tipo de cosas... Si lees Marca o As, resulta que Carlos Suárez no hizo nada, que es un angelito y que Pete Mickeal dio un puñetazo (???) al más puro estilo Mike Tyson... Si lees Sport o cualquier otro medio por el estilo, pues justo todo lo contrario, el Barça ejemplar en todo y toda la culpa del Real Madrid... Precisamente por esto y por lo poco objetivos que han sido, en general, los tratamientos que he podido contemplar sobre este episodio que pasará a los anales de la historia de la ACB, por el punto de inflexión que supuso, he querido realizar esta radiografía de la tangana; sin ser parcial, siendo lo máximo objetivo posible y mirando mucho más allá de Mickeal, Suárez y Velickovic.

Antes de nada, dar las gracias a TUBASKET.COM, web responsable del vídeo donde se puede ver toda la secuencia entera, puesto que en las imágenes que se vieron por televisión no se pueden apreciar bien los actos que verdaderamente lo originaron todo.

> LA SECUENCIA COMPLETA DE LA TANGANA: Vídeo publicado en TUBASKET.COM:

Como se puede comprobar, Pete Mickeal no explota a raíz de simple y puro trash talking o de piques anteriores, sino que Carlos Suárez le llega a dar tres collejas consecutivas.


La siguiente es la imagen donde Pete le da el "puñetazo" a Novica Velickovic, que no es un puñetazo, sino un empujón con la mano abierta (con mala leche, eso sí, y a la altura de la cara), justo antes de que Velickovic lo abordara llegándole a poner también la mano encima.


Justo después de esa acción viene un momento de incertidumbre, donde la mayoría de los presentes sobre el parquet intentan poner paz. En ese aspecto hay que agradecer y destacar la labor y el saber estar de jugadores como Llull, Huertas, Eidson, Tomic o Vázquez. Pero no de Erazem Lorbek y Kyle Singler.


Como se puede apreciar desde esta otra toma del mismo momento de la imagen anterior, Lorbek llega a separar como todos los demás, pero aprovechando disimuladamente para repartir también un poco de cera, y si no que se lo digan a Carlos Suárez.


Por otro lado a mi también me sorprendió mucho algo que se les escapó a la mayoría; la actitud en todo momento provocativa y cínica de Singler. Podéis comprobar a lo largo de todas estas instantáneas y del vídeo, como entre todos los rostros serios y tensos de los allí presentes, tanto de los que intentaban poner paz como de los que estaban más agresivos, solo existe uno que no para de reír y provocar desde el primer hasta el último momento del episodio. Una imagen digna de las mejores películas carcelarias hollywoodienses.


En fin, será que yo acostumbro a realizar otra lectura distinta de las cosas, pero si a mi, en una cancha de baloncesto, me pegan tres collejas seguidas como esas, entre provocadoras y vejantes, os aseguro que no contengo ese uppercout de izquierdas que Pete amagó y terminó conteniendo... Personalmente tampoco le doy mucha importancia a las acciones de Velickovic, que más bien actuó de "pipiolo", saltando a defender, por inercia, a su compañero sin tener ni idea de lo que había ocurrido antes.

Mire usted que personalmente yo solo condeno a Carlos Suárez (jamás se deberían permitir acciones de este tipo con un rival), a Erazem Lorbek (aprovechó lo que pudo para desquitarse) y a Kyle Singler, cuya actitud en sí sobre la pista me parece realmente deplorable.

domingo, 17 de junio de 2012

Nunca subestimes el corazón de un campeón

Dick Motta dijo en una ocasión: La ópera no termina hasta que no canta la gorda... Y es una frase que se puede aplicar a la perfección a lo que ha ocurrido en la final de la ACB/Liga Endesa de esta temporada 2011-12, disputada por el Real Madrid y el F.C. Barcelona, y en la cual la emoción, sin ninguna duda, ha estado más que garantizada.

Lo cierto es que el Real Madrid venía jugando bastante mejor, en general, a lo largo y ancho de todos los enfrentamientos entre ambos equipos que se han ido producido durante la temporada. Y además, tras los tres primeros partidos de la final (dos ganados por el Madrid y uno por el Barça de forma agónica y casi milagrosa) todo apuntaba a que el título solo iba a tener un color, el blanco del Real Madrid...

...Pero de épica y de leyenda se escribe la historia, o eso dicen, y la del baloncesto no es diferente. Tras la dolorosa y humillante derrota del tercer partido, el Barça se encontraba con que venía jugando muchísimo peor que su rival; por más que lo intentara no conseguía imponerse. Tenía a su primera espada ofensiva, Juan Carlos Navarro, tocado (y claramente lejos de su mejor nivel), a Boniface N'Dong, su principal bastión defensivo, prácticamente imposibilitado para jugar, a todos los nuevos fichajes de este año rindiendo a un nivel bajísimo, prácticamente decepcionante; y sustentándose únicamente en Erazem Lorbek (que ha cuajado una gran temporada), en la garra de Pete Mickeal (que tras todos los problemas de salud sufridos el pasado año no había conseguido volver a su nivel habitual en ningún momento de la temporada) y en bien poquito más.

A priori, el cuarto partido, disputado en Madrid, presentaba un panorama desolador para el Barça, que andaba perdiendo 1-2, a un paso de perder la final y sin haber demostrado prácticamente en ningún momento de los tres anteriores partidos (salvando el último cuarto del primero), capacidad de reacción alguna. El Real Madrid, además, de la mano del nuevo técnico, Pablo Laso, había estado jugando un baloncesto de muchísimo nivel, rápido, alegre, con un gran equilibrio entre el juego exterior y el interior y lo que es más importante, dejándole siempre un buen sabor de boca a la afición, anímicamente tocada tras la aburrida, absurda e infructuosa era Messina, repleta de grandes fichajes a golpe de talonario, pero sin título alguno que los avalara y jugando a partidos de 50 o 60 puntos. Quede desde aquí constancia de mi aprecio por todo el trabajo realizado por Pablo Laso.

Pues bien, incomprensiblemente, el Barça, jugando con prácticamente seis hombres (lo cual me pareció una decisión absolutamente soberbia de Xavi Pascual, que hasta ese momento había vagado a la deriva por la final, como su equipo), ganó ese cuarto partido en Madrid y se plantó en Barcelona con fuerzas renovadas y unas ganas de ganar el quinto que prevalecían por encima de todos los inconvenientes, que no eran pocos... Y también ganó.

Las estadísticas ya las tenéis en otros sitios, la crónica del partido también; yo desde aquí solo quiero destacar algo que me ha parecido absolutamente histórico, algo que me ha hecho poner la piel de gallina, que me ha hecho vibrar como no lo hacía desde mucho tiempo atrás en una final de la ACB... Me refiero a Pete Mickeal, a sus ganas de ganar, a su entrega y saber estar en la cancha absolutamente colosales y a su clase, su enorme clase.

En ningún momento de la temporada había logrado volver a su mejor nivel, perdido durante el pasado año por culpa de varios problemas físicos y de salud que prácticamente le obligaron a pasárselo en blanco... Y si no lo había logrado en ningún momento de la temporada ni tampoco en los tres primeros partidos de esta final, ¿Como iba a logralo ahora, con lo fundido que tenía que estar, tanto física como psicológicamente?... Y ahí enlazo con el título del post: Nunca subestimes el corazón de un campeón.

Y personalmente, lo que más me ha dolido, ha sido todo lo que se le ha llegado a ningunear durante la temporada (tanto por parte de aficionados del Madrid como por parte de aficionados del Barça)... Que si ya no es el mismo, que si ya está acabado, que si el Barça tiene que ir pensando en un sustituto para el año que viene, que si Carlos Suárez y Mirotic se lo comen vivo, que si... Como diría Fernando Fernán Gómez: ¡¡A la mierda!!

Gracias Pete, siempre ha sido un placer tenerte por aquí, en el Breogán, en el TAU o en el Barça, poder disfrutar de tu ba-lon-ces-to y vibrar contigo. Lo de estos dos últimos partidos de la final de la ACB, pasará a los anales de la historia de nuestro baloncesto. Gracias, Pete "Corazón de León" Mickeal, gracias por todo.


sábado, 2 de junio de 2012

Fo' years of Fo Fo Fo - Big M's corner special: That championship feeling

Cuatro años de Fo Fo Fo... (Moses take us to the promised land), cuatro años compartiendo este humilde, aunque maravilloso (al menos para mi), espacio en la red con todos vosotros. Y hago especial hincapié en lo de "todos vosotros" por un motivo. En varias ocasiones me han comentado, distintas personas, que si hay algo por lo que destaca este blog es por el nivel de los comentarios... Y eso es algo de lo que me siento muy orgulloso, puesto que, a pesar de lo que pueda parecer a primera vista, no es precisamente fácil encontrar un sitio de estas características donde el nivel general de los comentarios sea tan bueno. Basta con darse una vuelta por ahí para ver como en algunos sitios sobre baloncesto en la red, proliferan los comentarios despectivos y se acostumbra a leer opiniones extremadamente críticas, e incluso de mal gusto, de gente que no tienen ni idea de baloncesto (o al menos lo parece...). Tras todo esto solo puedo deciros una cosa: GRACIAS.

Y no voy a nombrar a nadie, porque en este tipo de cosas siempre te acabas olvidando a alguien, sea de los más habituales o de los que en su día fueron comentaristas asiduos del blog y actualmente han desaparecido un poco de este mundillo que es la blogosfera... Gracias a todos por hacer crecer este blog con vuestras siempre interesantes y enriquecedoras opiniones y aportaciones, de todo corazón.

En cuanto al tema del post, basta con decir que a lo largo de estos ya cuatro años de andadura del blog, todavía no había publicado ninguna entrada centrada en el motivo que da nombre al sitio, el "Fo, fo, fo" y los famosos playoffs de los Sixers de 1983... Pues bien, el destino ha querido que todo esto convergiera en el Fo' (cuarto) aniversario de Fo Fo Fo, quedando la celebración en un todo redondo... ¡¡Va por ustedes!!:

Moses Malone llegó a los Philadelphia 76ers en verano de 1982, en un gran esfuerzo del equipo del estado de Pennsylvania por lograr el ansiado anillo de campeón de la NBA en una época en la que Lakers y Celtics ya comenzaban a imponer su implacable dominio baloncestístico que duró toda la década de los 80 entera (Los Lakers fueron campeones en 1980 y 1982 y los Celtics en 1981).

Las trayectorias de Moses y de los Sixers anteriores a ese momento podrían considerarse ciertamente paralelas. Desde la llegada de Julius Erving al equipo, los Sixers llegaron a disputar tres finales de la NBA entre 1977 y 1982, pero perdiéndolas todas (una contra los Blazers y dos contra los Lakers) y daba la sensación de que se les estaba comenzando a pasar un poco el arroz, puesto que su máxima estrella, el Dr. J, ya superaba claramente la treintena y ya no le valía de mucho mirar al futuro, solo le quedaba luchar al máximo por el presente...

Moses Malone, por su parte, pasó sus primeras seis temporadas en la liga integrando las filas de los Houston Rockets, donde no paró de crecer como jugador, hasta el punto de ser nombrado dos veces MVP de la NBA, pero el equipo languidecía entre la mediocridad de la plantilla y varios problemas y lesiones de algunos de sus mejores jugadores de finales de los 70. Aun así, el enorme talento de Moses logró, contra todo pronóstico, meter al equipo en una final de la NBA (1981), a pesar de haberse clasificado en última posición para los playoffs... Estaba claro que a Moses, el mejor jugador del mundo en aquellos momentos, solo le faltaba una cosa, tener un equipo más competitivo a su alrededor...

Y el destino los juntó; Julius y sus 76ers lograron esa pieza que les faltaba para tumbar a Lakers y Celtics y Moses logró tener un gran equipo de baloncesto a su alrededor... Y el resto es historia... La historia que vamos a contar hoy aquí:

REGULAR SEASON 1982-83


El año de los Sixers fue de ensueño, de principio a fin, terminando con el mejor record de la liga en temporada regular (65 victorias y 17 derrotas) y maravillando al mundo entero con un estilo de juego al que no le faltaba de nada: el poder reboteador y la anotación interior de Moses Malone, la espectacularidad y la clase de Julius Erving, el tiro exterior y el instinto asesino de Andrew Toney, la defensa y la polivalencia de Bobby Jones y la dirección de juego y el saber estar en la cancha de Mo Cheeks...

...Todo ello dirigido desde el banquillo por un mito de la historia de la franquicia, The Kangaroo Kid, Billy Cunningham, varias veces All-Star, leyenda de los Sixers y elegido en 1997 como uno de los 50 mejores jugadores de la historia de la NBA. Cunningham fue el nexo de unión entre los dos grandes triunfos de la historia Sixer, el anillo de la temporada 1966-67, junto a Wilt Chamberlain, y la inolvidable temporada del fo, fo, fo que nos ocupa.

El glamour de aquellos Sixers impregnó por completo la temporada, incluido el All-Star game (disputado en Los Angeles), donde Julius Erving fue elegido MVP del partido (ganado por el Este) tras anotar 25 puntos, capturar 6 rebotes, dar 3 asistencias y poner 2 tapones. Tal fue el nivel de los Sixers aquel año que el equipo tuvo hasta cuatro jugadores seleccionados para el partido de las estrellas, el ya mencionado Dr. J, Moses Malone (10 puntos y 8 rebotes), Andrew Toney (8 puntos y 7 asistencias) y Mo Cheeks (6 puntos).

Los trofeos del final de la temporada regular también se tiñeron con los colores rojo y blanco de los Philadelphia 76ers. Moses Malone fue elegido, por tercera vez en su carrera, MVP de la temporada, aparte de ser elegido en el quinteto ideal del año y en el quinteto defensivo ideal del año y de ser el máximo reboteador de la liga. Julius Erving también fue elegido en el quinteto ideal de la competición, Bobby Jones y Mo Cheeks también integraron el quinteto defensivo ideal y además Jones recibió el trofeo al mejor 6º hombre.

Un equipo que rozó la perfección y cuyo momento de máxima gloria vamos a detallar a continuación, pero que en las siguientes temporadas no pudo revalidar los apabullantes éxitos de ésta. Julius se fue haciendo mayor, Toney terminó deshauciado por las lesiones en la cúspide de su carrera y una combinación de edad y lesiones inoportunas impidió que este equipo lograra asaltar el anillo en más ocasiones y pusiera en peligro la hegemonía de Lakers y Celtics en los años posteriores.

FO FO FO... RADIOGRAFIA DE UNOS PLAYOFFS TREMENDOS

La historia del "Fo, fo, fo" es la siguiente: Justo antes de que dieran comienzo los playoffs, y a tenor del gran año de los Sixers, Moses Malone fue preguntado por un periodista sobre qué pronosticaba que iba a ocurrir a partir de ese momento en la NBA. La respuesta de Moses, siempre tímido, introvertido y parco en palabras, fue tremendamente corta y tajante: Four, four, four. O lo que es lo mismo, que sus Sixers iban a solventar todas sus series de playoffs sin perder un solo partido, por 4-0. La gracia es que el acento sureño de Malone propició que fonéticamente sonara fo, fo, fo, quedando para la posteridad como una de las frases, si se le puede llamar así, más legendarias de la historia de la NBA.

Los Sixers comenzaron su andadura en playoffs directamente en las semi-finales de conferencia, puesto que en aquella época los cuatro campeones de división se ahorraban la primera ronda de playoffs, esperando cómodamente a que sus rivales compitieran entre ellos para un puesto en la siguiente ronda. Su rival fueron los New York Knicks, que vencieron 2-0 a los New Jersey Nets en primera ronda.

SEMI-FINALES DE CONFERENCIA: PHILADELPHIA 76ers - NEW YORK KNICKS


> 1º Partido: Sixers 112 - Knicks 102

Moses Malone comenzó enchufadísimo los playoffs, con una actuación tremenda ante los Knicks y el pobre Bill Cartwright. 38 puntos, 17 rebotes, 4 asistencias y 3 tapones le contemplaron. Fue el amo y señor del partido.


> 2º Partido: Sixers 98 - Knicks 91

Moses siguió campando a sus anchas ante el bueno de Cartwright, que en esta ocasión acabó totalmente fuera de juego, con 0 puntos y 4 rebotes en su casillero. Las estadísticas de Moses fueron: 30 puntos, 17 rebotes y 3 tapones.

Destacar también el gran partido del siempre sobrio Maurice Cheeks: 26 puntos, 6 asistencias y 6 rebotes.


> 3º Partido: Knicks 105 - Sixers 107

Partido disputadísimo en el Madison, pero que de nuevo terminó con la victoria de los Sixers. Moses terminó con 28 puntos, 14 rebotes y 2 asistencias.

Malone estuvo muy bien acompañado por Julius Erving (20 puntos y 11 rebotes) y Mo Cheeks (24 puntos y 7 asistencias). Bill Cartwright aguantó muy dignamente el vendaval con 19 puntos y 9 rebotes.


> 4º Partido: Knicks 102 - Sixers 105

De nuevo los Knicks plantaron cara, pero no pudieron con los Sixers y el devastador juego de Moses Malone, que terminó con 29 puntos, 14 rebotes y 2 tapones. Se consumó el primer "Fo".

Habría que destacar también la gran actuación, por parte de los Knicks, de Bernard King, que terminó el encuentro con 35 puntos y 6 rebotes. Su mejor partido, de largo, de la serie.


FINALES DE CONFERENCIA: PHILADELPHIA 76ers - MILWAUKEE BUCKS


> 1º Partido: Sixers 111 - Bucks 109

Los de Philadelphia se encontraron con unos Bucks muy competitivos (uno de los grandes equipos de la historia que se quedaron sin anillo, e incluso sin finales, debido a la dura época que les tocó vivir), pero finalmente pudieron arrancar una preciada y trabajadísima victoria, con un Moses Malone que se batió el cobre frente a la pareja interior formada por Bob Lanier y Alton Lister, terminando con 14 puntos, 12 rebotes y 2 tapones, pero con 9 pérdidas de balón.

Los mejores de los Sixers fueron, sin ninguna duda, Mo Cheeks (26 puntos y 7 asistencias) y Andrew Toney (22 puntos y 5 asistencias). Por los Bucks brilló de forma especial Marques Johnson, con 30 puntos.


> 2º Partido: Sixers 87 - Bucks 81

Moses, más acertado que en el anterior partido, resurgió con fuerza ante Lanier y Lister, para terminar con 26 puntos y 17 rebotes, en un partido muy defensivo y repleto de fallos por parte de ambos equipos.

Marques Johnson (25) y Sidney Moncrief (21) fueron los mejores de los Bucks.


> 3º Partido: Bucks 96 - Sixers 104

Moses volvió a superar a los pívots rivales con 25 puntos, 14 rebotes y 2 tapones. Y los Sixers cerca de conseguir el segundo "Fo".

Julius Erving secundó muy bien a Moses, con 26 puntos y 8 rebotes. Junior Bridgeman (24) y Sidney Moncrief (19) fueron los mejores de los Bucks.


> 4º Partido: Bucks 100 - Sixers 94

Primera (y última) derrota de Phila en estos playoffs... El "Fo, Fo, Fo" ya no se podía lograr, al menos literalmente. Moses terminó con 17 puntos, 12 rebotes, 2 tapones y 2 asistencias.

Por parte de los Sixers habría que destacar los 24 puntos de Andrew Toney y por parte de los Bucks su gran juego coral, con Johnson (19) y Moncrief, Lanier y Bridgeman (17 cada uno).


> 5º Partido: Sixers 115 - Bucks 103

Los Sixers no quisieron más sorpresas y pusieron todo su empeño en finiquitar la serie en el 5º partido, disputado en su Spectrum. Malone cuajó, de nuevo, una actuación espectacular, con 28 puntos, 17 rebotes y 4 tapones.

Toney y Erving formaron una gran tripleta con Moses. Andrew terminó con 30 puntos y 7 asistencias y Julius con 24 puntos y 10 rebotes.


FINAL DE LA NBA: PHILADELPHIA 76ers - LOS ANGELES LAKERS


> 1º Partido: Sixers 113 - Lakers 107

En estas finales, Moses Malone tuvo en frente al rival de mayor entidad que podía encontrar en su posición por aquella época, ni más ni menos que a Kareem Abdul-Jabbar, que a pesar de ser ya veterano, todavía se encontraba entre los mejores jugadores del mundo. Moses terminó con 27 puntos, 18 rebotes y 3 tapones, dominando claramente en el rebote a Kareem, que terminó con 20 puntos, 4 rebotes y 3 tapones.

Tanto Julius Erving como Magic Johnson se quedaron a las puertas del triple-doble. Julius terminó con 20 puntos, 10 rebotes y 9 asistencias. Magic con 19 puntos, 11 asistencias y 9 rebotes.


2º Partido: Sixers 103 - Lakers 93

Jabbar y Malone mantuvieron un duelo muy igualado en anotación (23 para Kareem y 24 para Moses), pero el gran M volvió a superar claramente a Kareem en los rebotes, 12 frente a 4 del Big Fellow.

Cheeks (19 puntos y 8 asistencias) y Toney (19 puntos y 5 asistencias) volvieron a apoyar firmemente a Malone.


> 3º Partido: Lakers 94 - Sixers 111

Moses y los Sixers viajaron hasta el mítico Great Western Forum de Los Angeles con la idea de no relajarse ni por un instante y tratar de que la serie no tuviera que volver a Philadelphia. No cabe duda que Moses se vació, terminando con 28 puntos, 19 rebotes y 6 asistencias, frente a los 23 puntos, 15 rebotes y 3 asistencias de Jabbar.

El Dr. J terminó con 21 puntos y 12 rebotes, Toney con 21 puntos y 5 asistencias y Magic Johnson con 18 puntos, 13 asistencias y 7 rebotes.


> 4º Partido: Lakers 108 - Sixers 115

Y llegó la apoteosis para los aficionados de los Sixers... Campeones de la NBA tras haber perdido tres finales durante los últimos seis años. Moses Malone fue elegido MVP de las finales, tras terminar este cuarto partido con otra actuación absolutamente colosal bajo los aros: 24 puntos, 23 rebotes y 3 tapones. Kareem, tirando de su enorme clase, hizo lo que pudo (28 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias), pero fue insuficiente ante uno de los mejores equipos de la historia del baloncesto, los Philadelphia 76ers de 1983.

Una gran actuación del "Fab Fo'" al completo de los Sixers propició que (casi) se cumpliera el mítico "Fo Fo Fo". A la actuación de Malone habría que añadir los 23 y 9 asistencias de Toney, los 20 y 7 asistencias de Cheeks y muy especialmente los 21 puntos de Julius Erving, que más allá de la simple estadística, propició la victoria de su equipo con una serie de acciones muy importantes, tanto defensivas como ofensivas, en el último cuarto.


CUATRO IMAGENES PARA LA POSTERIDAD

> Este mate en contraataque de Moses Malone selló definitivamente la victoria de los Sixers en la final. Pocas veces se ha visto un rostro tan repleto de felicidad en alguien que esté machacando el aro rival. No era expresión de autoridad, ni de chulería, ni de esfuerzo, ni de autocomplacencia, ni de desahogo, ni de... Era expresión de pura y simple felicidad; era el segundo exacto de la temporada en que se podía dejar de lado la concentración, el trabajo duro, todo... Para dar paso a la pura y simple felicidad por lo logrado, el ansiado anillo de campeón de la NBA.


> Dos leyendas celebrando el triunfo y admirándose mutuamente, conscientes de que todo el trabajo previo acababa de conseguir sus frutos.


> Foto de plantilla de los Philadelphia 76ers, temporada 1982-83.


> Fo Fo Fo... (Moses take us to the promised land).