Reivindicando al "Elegido"

Siempre he sido un tanto crítico con LeBron James; cuando llegó a la NBA fue un estallido de movimientos mediáticos y de euforia colectiva. Es cierto que tenía un gran talento y sobre todo un físico portentoso, que aunaba la fuerza y la potencia de un power-forward con la velocidad y la agilidad de un escolta; era como una extraña mezcla entre Michael Jordan y Karl Malone; pero también es cierto que pese a sus grandes números para un rookie, a sus increíbles demostraciones de poderío físico, a sus mates estratosféricos y a sus enormes temporadas a nivel estadístico, siempre lo encontraba sobrevalorado, por lo menos cuando se le comparaba a Jordan, Magic, Big O y a los más grandes de todos los tiempos. Y no era por que me cayera mal ni nada por el estilo; uno solo tenía que dedicarse a ver partidos de Cleveland para darse cuenta de que LeBron era bueno, pero jugaba solo, era el perfecto icono de Juan Palomo (yo me lo guiso, yo me lo como), había partidos donde llegabas a pensar, ¡¡esto no es baloncesto, esto es una colección de aclarados a LeBron!!, parecía el típico videojuego donde uno lleva a su jugador favorito y siempre tira con él, mientras los demás están solo para intentar defender un poco y coger rebotes. Y es que tanto talento, pero conjuntado con la tierna edad que tenía James cuando llegó a la mejor liga del mundo, más todo el revuelo mediático que había a su alrededor y a la presión que inevitablemente tenía siempre encima, provocaban que tuviera que demostrar en cada partido que era el mejor, que tenía que llevar el equipo a sus espaldas y que era digno (o al menos lo intentaba) de las eternas comparaciones históricas que llovían sobre él; y todo eso provocó que terminara jugando de esta manera, tirándose hasta las zapatillas, tomando siempre la responsabilidad, incluso cuando lo mejor era doblar el balón; y no nos engañemos, pese a ser muy completo y a dar bastantes asistencias, hay que decir que la mayoría de ellas eran fruto de la cantidad de tiempo que acaparaba el balón en los ataques de su equipo y doblaba el pase cuando le hacían los 3 contra 1 y se quedaban los tiradores solos en una esquina.
Hasta aquí bien, todo esto que he dicho lo puede corroborar cualquiera que entienda un poco de baloncesto y vea (o quiera ver) más allá de los mates espectaculares del Elegido; pero las cosas han cambiado...

Rectificar es de sabios y ahora mismo LeBron está demostrando ser más que digno de todo lo que se decía (y se dice) sobre él; he tenido la oportunidad de ver algunos partidos de los Cavs recientemente y no solo el equipo es mejor, sino que LeBron ha madurado, ya no solo es un fenómeno de la naturaleza y un jugador que te deja con la boca abierta cuando vuela hacia la canasta contraria, es un enorme jugador de baloncesto que ha ido mejorando en muchos apartados, cada vez es mejor defensor, cada vez selecciona mejor los tiros (aunque en eso también tiene que ver la mejora de sus compañeros y del juego del equipo en general) y cada vez tiene una mejor visión de juego y una mayor capacidad para saber lo que tiene que hacer en cada momento.
Ahora mismo LeBron James es el MVP de la NBA y por primera vez veo claro lo que muchos decían antes, pero que LeBron no había demostrado todavía; me estoy refiriendo a la capacidad de llegar a ser uno de los más grandes de todos los tiempos, de llegar a estar un día en el Olimpo del baloncesto al lado de Magic Johnson, Larry Bird o Michael Jordan.
Sentémonos y disfrutemos, que ahora mismo LeBron está escribiendo una página importante dentro de la historia del baloncesto y si no lo saboreamos, tarde o temprano nos arrepentiremos de no haber sabido o querido apreciar y disfrutar del juego de alguien que un día será considerado uno de los más grandes de la historia de este deporte y tendrá una página de honor dentro del libro de los mitos y leyendas que lo han hecho grande.

¡¡¡ Long live the King James !!!.