jueves, 7 de junio de 2018

Una noche cualquiera en la vida de Patrick Ewing (5 de Febrero de 1987)

Temporada 1986-87, 5 de Febrero, los New York Knicks (15-32) recibían en el Madison a los New Jersey Nets (11-36) en una entrega más de un duelo clásico en la División Atlántica de la NBA. El joven Patrick Ewing, la gran esperanza de futuro de unos Knicks en horas bajas, comenzaba a dar muestras de su tremendo talento y guió a los suyos hasta la victoria (135-118) con una actuación sensacional. Aparte de Ewing, también destacaron Gerald Wilkins (34 puntos, 8 asistencias y 5 robos de balón), Gerald Henderson (12 puntos y 9 asistencias), Rory Sparrow (10 puntos y 11 asistencias) y Bill Cartwright (14 puntos y 6 rebotes) por parte de los Knicks y Mike Gminski (23 puntos y 7 rebotes), Albert King (22 puntos, 7 rebotes, 4 asistencias y 2 robos de balón), Orlando Woolridge (15 puntos, 5 asistencias y 4 rebotes) y Leon Wood (16 puntos y 3 asistencias) por parte de los Nets.


Patrick Ewing dio muestras de lo realmente grande que iba a ser, terminando su exhibición particular con 38 puntos (en una impresionante serie de 15 de 19 en tiros de campo), 14 rebotes, 5 asistencias, 4 tapones y 4 robos de balón.

4 comentarios:

Nique_is_better dijo...

Ewing era el tipo de jugador que te gusta pero que tampoco tanto, y que a la vez no te gusta pero sí. Jugador intenso, intimidador y dominador, pero al que, creo sinceramente, nunca le dieron opciones reales de luchar por el anillo.

Cierto, estuvo en dos finales, una con los Knicks de Riley y la otra con Spreewell y Houston, pero enfrente siempre tuvieron a equipos mas compensados y con mas talento acumulado y mejores rotaciones.

Curioso es tambien el hecho de que ambas finales se perdieran por sendos errores de los 2 jugadores preferidos por los fans de los Knicks: Starks en la 1a al intentar doblar un pase hacia Ewing en lugar de intentar un tiro "facil" desde el poste alto, y Spreewell al no encontrar salida al trap que le hicieron los Spurs en los segundos finales del último partido.

Valga también decir que Ewing, si bien el público reconocía su calidad y el enorme trabajo que hacía, terminó muchas veces siendo el chivo expiatorio de sus frustraciones y desilusiones, aunque creo que los Knicks eran un quiero y no puedo, luchando durante la fase regular pero dando poca guerra en los playoffs.

Saludos

Mo Sweat dijo...

Saludos, Nique.

Pues me identifico bastante con lo que dices. Al principio Ewing fue mi pívot favorito de la NBA... bueno, de los jóvenes me refiero, detrás de las dos vacas sagradas, Moses y Kareem, que ya eran ilustres veteranos. Pero con el tiempo claudiqué por completo al talento de Hakeem y me hice Olajuwoniano acérrimo.

Lo cierto es que aquellos Knicks tuvieron que convivir con la gran era de los Bulls de Jordan... y cuando Air se retiró por primera vez, lograron llegar a la finalísima y tuvieron a los Rockets contra las cuerdas, pero... lo que comentaste antes. En el 95 no fueron capaces de llagar de nuevo, frente al empuje de los pujantes Pacers y Magic y después ya nunca lo volvieron a lograr, al menos hasta que Jordan se retiró de nuevo y con un equipo distinto, con un Ewing que había cedido parte de su protagonismo a Sprewell y Houston y, encima, se lesionó y no pudo disputar aquella final que terminaron perdiendo ante los Spurs. Lo cierto es que no tuvo suerte.

Oboman dijo...

Un tipo que me caía bien, seguramente por todo lo que habéis comentado. Le faltó esa pizca de suerte necesaria para ganar y tambien le faltó haber sido un poco mejor jugador porque la realidad es que, a la hora de la verdad, sus rivales fueron superiores.

Yo iba con él en la final del 94 y la verdad es que Hakeem Olajuwon le superó ampliamente y le devolvió el golpe sufrido diez años antes cuando el de Jamaica derrotó a The Dream en la final de la NCAA. La rivalidad venía de lejos.

De esa final de la NBA tambien recuerdo a Ramón Trecet poniendo a Ewing continuamente a parir por su falta de acierto y, sobre todo, por rehuir la lucha en la pintura demasiadas veces. “PERO SI EWING ESTÁ JUGANDO DE TRES!!” Yo creía que al hombre (seguidor reconocido de los Knicks) le iba a dar algo :)

Que recuerdos. Y que grande Patrick Ewing en cualquier caso.

Saludos. Mo, ya aprovecharé para despedirme del blog. Creo que aún quedan algunos posts.

Mo Sweat dijo...

Saludos, Oboman.

Hoy en día estamos acostumbrados a saber con todo lujo de detalles el estado físico, la evolución de las lesiones y cualquier contratiempo relacionado con ellas sobre cualquier jugador de la NBA, pero no siempre fue así. En aquellos tiempos no había tanta información ni se hablaba mucho de los problemas físicos de los jugadores a no ser que se tratara de una lesión importante. Y en el caso de Ewing, creo yo, que fue un jugador muy lastrado por problemas físicos, especialmente en sus rodillas. En Georgetown y cuando llegó a la NBA era considerado un jugador excepcionalmente físico (lo cual corrobora algunos de los mates brutalmente espectaculares que hacía), de ahí sus apodos The Force o The Beast of the East de aquella época, pero en 1993, cuando Shaquille llegó a la NBA, recuerdo algunas jugadas en las cuales literalmente zarandeó a Patrick como si fuera un muñeco de trapo. Y es que, además, como tú bien dices que comentaba Trecet, en aquellos tiempos se fue alejando del aro y cada vez vivía más de aquel tirito de media distancia con los brazos en gran extensión. Creo que Ewing fue un jugador cuyas rodillas le fueron obligando a alejarse del aro progresivamente, le fueron restando potencia de salto y de piernas en general y contribuyeron a que al final fuera el perdedor en el largo duelo entre los tres grandes pívots de su era, Olajuwon, Robinson y él mismo.