domingo, 28 de enero de 2024

RALPH SAMPSON... O VICTOR WEMBANYAMA EN LA DÉCADA DE LOS 80

El mundo entero ha quedado asombrado por el físico de otra galaxia de Victor Wembanyama y su irrupción en la NBA esta temporada, anunciado y coreado recurrentemente como el unicornio definitivo y como el prototipo de superjugador de baloncesto del futuro... un tipo de más de 2,20 de altura con tiro exterior y capacidad para jugar por fuera y causar estragos en defensa. Un jugador realmente sensacional, sin duda, tremendamente joven -apenas 20 años recién cumplidos- y cuyo techo todavía está muy, muy lejos, a pesar de que ya está promediando 20,5 puntos, 10,1 rebotes, 3,1 tapones y 3,0 asistencias... y todo ello sin llegar a los 30 minutos de promedio por partido (28,5 a día de hoy).


Sí, yo también veo a Victor como un jugador de techo infinito, con potencial, incluso, de algún día llegar a entrar en la conversación del G.O.A.T., pero todos sabemos que potencial no es sinónimo de realidad, y deben ocurrir muchas cosas, pasar muchas temporadas, tener suerte con las lesiones, poseer una constancia y ética de trabajo ejemplares y mil y un detalles más, para que un potencial de estas características llegue a unas cotas históricas tan elevadas.

Y ahí es donde nos remite el mismo título del post, a cuando en 1983 aconteció una revolución parecida, con la llegada de Ralph Sampson a la NBA. Ralph medía lo mismo que Victor (2,24 m. oficiales), también era un jugador de apariencia muy delgada y con un hype colosal, hasta el punto de ser considerado el sucesor natural del legendario Kareem Abdul-Jabbar, todavía en activo y coleccionando anillos por aquella época.


La temporada rookie de Sampson discurrió en un escenario muy parecido al que se ha encontrado Wembanyama este año en los Spurs; unos Houston Rockets en plena reconstrucción, que tras haber perdido a Moses Malone en verano de 1982, venían de una temporada desastrosa (14 victorias y 68 derrotas), en la que el máximo anotador del equipo había sido un voluntarioso Allen Leavel con 14,8 puntos por partido.

En ese escenario bastante parecido, el joven Ralph Sampson promedió 21,0 puntos, 11,1 rebotes, 2,4 tapones y 2,0 asistencias por partido, en 32,8 minutos de media por encuentro. Victor parece ser mejor taponador, pero lo cierto es que son estadísticas bastante parecidas las de ambos unicornios. El primer problema con Sampson, al menos a nivel estadístico, es que en la temporada siguiente llegó a los Rockets el que acabaría siendo uno de los mejores pívots de todos los tiempos, Hakeem Olajuwon, con lo cual las estadísticas interiores quedaron repartidas entre estos dos colosos (22,1 puntos, 10,4 rebotes y 2,0 tapones para Sampson y 20,6 puntos, 11,9 rebotes y 2,7 tapones para Olajuwon).


Un detalle se puede apreciar en este punto de su carrera, pues a pesar de una diferencia de altura de entre 14 y 16 centímetros a favor de Sampson, el rookie Olajuwon ya fue superior a él tanto en rebotes como en tapones... algo que se repitió en la siguiente temporada: 18,9 puntos, 11,1 rebotes y 1,6 tapones para Ralph y 23,5 puntos, 11,5 rebotes y 3,4 tapones para Olajuwon en la temporada 1985-86.

Daba la sensación de que Hakeem (entonces todavía Akeem) era superior a Ralph en consistencia e intimidación, a pesar de ser bastante más bajo. Una combinación de críticas hacia su juego, cierta incomodidad con la forma en que su entrenador le quería hacer jugar y, sobretodo, la mala suerte con las lesiones, puso fin al prime de Ralph Sampson; un prime que duró apenas tres temporadas.


En la temporada siguiente, la 1986-87, y después de haber disputado las últimas finales de la NBA, Ralph Sampson promediaría 15,6 puntos, 8,7 rebotes y 1,3 tapones, tras haber podido disputar solo 43 partidos de los 82 posibles. En la siguiente, la 1987-88, disputó 48 encuentros, manteniendo unos promedios parecidos a la anterior, y siendo traspasado, a mitad de temporada, a los Golden State Warriors, después de que los Rockets dejaran de creer en él y depositaran todas sus esperanzas de futuro en la figura de Olajuwon.

Después de dicho traspaso, la decadencia más absoluta y un calvario de lesiones insufrible, que terminaron con su carrera en la NBA contando con apenas 31 años, y tras arrastrarse en sus últimas cuatro temporadas profesionales, con medias de entre 2 y 6 puntos por partido. Un auténtico vía crucis de lesiones que terminó de forma muy precoz con uno de los prospects con más hype de toda la historia de la NBA.


A todo esto, hay que añadir que Ralph también fue Wembanyama en los 80 por otros motivos, pues era un jugador extremadamente coordinado para sus 2.24 de altura, con capacidad para botar el balón y para lanzar desde posiciones exteriores... con la única diferencia de que se encontró con un entrenador (Bill Fitch) y una época que no le permitieron explotar demasiado esas cualidades, obligándole a aprovechar su superioridad física posteando y desempeñando un juego mucho más interior de lo que él deseaba. En cierto modo, podríamos decir que fue un tipo incomprendido que, además, tuvo mucha mala suerte con las lesiones. Mala combinación.

Lo mejor de Wembanyama es que ha surgido en una época completamente opuesta en este aspecto, en la que se alienta a los interiores a que mejoren su tiro exterior y sepan desempeñarse también en situaciones alejadas del aro, lo cual me lleva a preguntarme lo siguiente: ¿Que hubiera ocurrido con Ralph Sampson si hubiera llegado a la NBA en la actualidad?... No dejan de ser elucubraciones estériles, puesto que nadie lo puede saber a ciencia cierta, pero sí podemos intuir que la cosa podría haber discurrido por caminos muy distintos, tanto en cuanto a la libertad que se le hubiera dado a la hora de subir el balón y lanzar desde posiciones más exteriores, como en cuanto a la evolución de la fisioterapia y medicina deportivas, que tal vez le pudieran haber llevado a superar de forma mucho más satisfactoria sus recurrentes lesiones.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Maverik

Maverik dijo...

Sin duda da q pensar! Ralph era un prodigio que no pudimos disfrutar por esa mala combinacion de lesiones, epoca, entrenadores, etc. Dicho esto, yo creo q Victor es un 2,25 real mientras q Ralph dudo q llegara a los 2,20. Quizás con zapatillas y afro… Ralph era un 2,20 seguramente y ahora seguramente esta mas cerca de 2,15 q de 2,20.

Mo Sweat dijo...

Saludos, Mav.

Estoy de acuerdo. Lo que sí estoy seguro es de que con la edad y todas las lesiones que ha tenido, ha menguado algunos cm., especialmente viendo algunas fotos suyas al lado de otras leyendas retiradas.

Cuando jugaba en los Rockets, realmente parecía un 2,24. Le sacaba un buen tramo a Olajuwon y se veía más alto que Kareem, cuando se enfrentaban... no obstante, seguro que no eran 2,24 reales, especialmente teniendo en cuenta como se median las alturas en aquellos tiempos. Barkley, oficialmente un 1,98, dijo en alguna ocasión que ni de coña llegaba a esa altura descalzo. Olajuwon, siempre oficialmente un 2,13, al final se descubrió que descalzo medía 2,08... y podríamos seguir.