martes, 30 de julio de 2013

Especial fotográfico: los mejores matadores de la historia de la NBA (anterior a los 90)

Michael Jordan representó un antes y un después para muchas cosas, tanto por lo que respecta a la propia NBA como para el baloncesto en términos generales. A partir de él proliferaron en mayor medida los grandes saltadores, los jugadores cada vez más físicos y, en definitiva, los grandes matadores, pues es evidente que la capacidad física está inevitablemente ligada al arte del mate. Con esto no quiero decir que toda la evolución que ha sufrido el baloncesto a lo largo de los últimos 20 o 25 años esté directamente relacionada con la figura de Jordan, pues junto a él llegaron a la liga jugadores con físicos realmente asombrosos (Karl Malone, Akeem Olajuwon, Charles Barkley...) que también incidieron de forma importante en esa evolución hacia un baloncesto cada vez más físico, al igual que los Bad Boys de Detroit ejercieron también una influencia muy importante en el hecho de que el baloncesto se volviera cada vez más defensivo (y como todos sabemos, los aspectos defensivos del baloncesto siempre van muy ligados a la capacidad atlética), pero sí que es cierto que Jordan ha sido siempre el más icónico y que bien podríamos hablar de su figura como de un punto y aparte por lo que al arte del mate y a la capacidad atlética en la NBA se refiere... Por eso, hoy aquí, vamos a repasar a los mejores matadores de la historia de la NBA hasta el impacto del Rey Jordan. Algunos son hiperconocidos y no resulta necesario añadir gran cosa sobre sus figuras, pero hay otros que no son en absoluto tan conocidos para el público general... Y precisamente por ello se me antoja necesaria esta entrada:

LOS MEJORES DUNKERS DE LA HISTORIA DE LA NBA (ANTERIOR A LOS 90)

> ELGIN BAYLOR: Fue el primer jugador en dotar al mate de una nueva dimensión, pues hasta su llegada apenas se veían unos pocos mates muy rudimentarios realizados por jugadores muy altos. Baylor fue una auténtica revolución en muchos sentidos.



> WILT CHAMBERLAIN: No se acostumbra a citar a pívots en este tipo de menesteres, pero el caso de Wilt es muy particular, pues sus impresionantes condiciones atléticas y sensacional movilidad para un jugador de su tamaño y características, lo convirtieron en uno de los dunkers más terroríficos de la historia del baloncesto.



> GUS JOHNSON: Uno de los matadores más infravalorados de la historia... Y, sin ninguna duda, uno de los grandes jugadores más infravalorados de todos los tiempos. Probablemente fue el primer gran matador de la historia en su sentido más intrínseco.



> CONNIE HAWKINS: El primer gran embajador del streetball en la NBA, el primero en elevar el mate a la categoría de arte, antes que Julius Erving (y con permiso de Gus Johnson) y un jugador absolutamente revolucionario en sus formas.



> JULIUS ERVING: La consagración total y definitiva del mate como forma de arte... Me atrevería a decir que en ciertos aspectos del mate, especialmente en cuanto a la elegancia, el Dr. J todavía no ha sido superado por nadie.



> DAVID THOMPSON: Mientras el Dr. J era encumbrado como Rey absoluto del mate, "Skywalker" Thompson se erigía en el prototipo de matador del futuro; jugador más bajo, con un salto explosivo y una capacidad para volar por encima de tipos mucho más altos, que solo admite comparación posible con nombres mucho más recientes como Dwyane Wade o Jason Richardson.



> DARRYL DAWKINS: Conjunción sensacional de espectáculo y violencia machacando el aro, Chocolate Thunder rompió tableros, provocó la instauración de los aros basculantes y bautizó a cada uno de sus mates con nombres de lo más pintoresco.



> DARRELL GRIFFITH: Otro de los matadores más infravalorados, pues sus mejores momentos pasaron un tanto inadvertidos en un equipo de la parte media-baja de la tabla y en una época ensombrecida por la elegancia sin par de Julius Erving, los tableros hechos añicos por Darryl Dawkins y la irrupción de nuevos fenómenos del mate como Dominique Wilkins o Michael Jordan.



> LARRY NANCE: Un atleta con unas cualidades innatas para el baloncesto y una impresionante capacidad de salto pocas veces vista en un jugador de sus características. Fue el mejor cuatro matador de la historia hasta la irrupción, a principios de los 90, de Shawn Kemp.



> DOMINIQUE WILKINS: El más felino de todos los grandes matadores de la historia del baloncesto, pues sus mates eran la combinación perfecta de fuerza y plasticidad... Jamás la violencia machacando un aro de baloncesto fue tan poética y dulce como en el caso de Nique Wilkins.



> CLYDE DREXLER: Uno de los más grandes, plásticos y elegantes matadores que se han visto sobre una cancha de baloncesto... Se le acostumbra a situar por debajo de sus coetáneos Michael Jordan y Dominique Wilkins, cuando las condiciones del bueno de The Glide estaban prácticamente a la misma altura.



> SPUD WEBB: Con sus apenas 1,70 m. de altura, Anthony Webb fue un matador atípico, pues sus mayores momentos de gloria pertenecen al concurso de mates de 1986, siendo poco habitual verle machacar en partidos oficiales, pero no cabe duda que fue un fenómeno absolutamente adelantado a su tiempo y que sin él probablemente no podríamos hablar de muchas cosas que vinieron después...



> MICHAEL JORDAN: Y por último, ya que lo hemos mencionado como punto de inflexión, His Airness, el hombre que siempre conseguía aguantarse en el aire unas décimas de segundo más que sus oponentes, para terminar machacando mientras los demás ya habían iniciado la fase de descenso. Probablemente el matador (y jugador de baloncesto) más plástico que haya existido jamás.



Con posterioridad a His Airness, el número de ilustres matadores en la NBA aumentó, siendo habitual ver machacar a jugadores relativamente bajitos como Kevin Johnson o Robert Pack, ver aparecer a nuevos emperadores absolutos del mate, como Vince Carter o LeBron James, ver a jugadores altos machacar con suma elegancia y plasticidad, como Shawn Kemp o Kevin Garnett, ver nuevos pívots haciéndose especialmente famosos por sus demoledores mates, como Shaquille O'Neal o Dwight Howard e incluso ver a todo un ramillete de jugadores secundarios, algunos incluso marginales, que lograban hacerse un nombre en la NBA gracias únicamente a su gran capacidad para machacar (Harold Miner, Isiah Rider, Desmond Mason, Fred Jones, Gerald Green...).

Puede que en la actualidad haya muchos más matadores que antaño, que por lo general los físicos sean mucho más atléticos y explosivos, pero estos 13 nombres aquí presentes siempre brillarán con luz propia entre todos los demás... Y muy especialmente Julius Erving, Dominique Wilkins y Michael Jordan, que junto a Vince Carter sean muy probablemente los mejores matadores que el universo haya visto jamás.

Aprovecho para comunicaros que tras este post, Fo Fo Fo estará unos días de vacaciones, así que con esta ilustre colección de dunkers me despido hasta finales de Agosto o, como mucho, principios de Septiembre... Salud a todos y buenas vacaciones a quién las tenga.

viernes, 19 de julio de 2013

The II Fo Fo Fo's Fantasy All-Time Tournament (part 6): final

Y llegó el día de la gran final. Grandes equipos se quedaron por el camino, todos los duelos fueron a muerte, pero desgraciadamente solo cabían dos en la final. El ambiente no pudo ser más excitante durante los dos días previos al gran partido, pues la organización del torneo, consciente de que para el publico general los favoritos eran los Chicago Bulls, vendieron el partido del siglo tomando como lema la frase de Julius Erving: "I think we would have beaten the Bulls. That team doesn't have anybody that could match up with Moses", para darle más morbo al asunto. El Dr. J pronunció esta frase en 1997, cuando fue preguntado por un periodista sobre si creía que sus Sixers del 83 podrían haber batido a los Bulls de las 72 victorias; es decir, los de 1996.

El mediático columnista Stanley Lieber escribió un artículo donde expresaba su opinión de forma tajante y daba a entender que los Sixers no tenían ninguna oportunidad ante estos Bulls, el mejor equipo de la historia de la NBA según sus propias palabras. Según él, los Sixers no tenían a nadie capaz de defender con garantías a Michael Jordan, mientras Julius Erving y Scottie Pippen bien podían mantener un duelo bastante igualado y la capacidad reboteadora de Dennis Rodman también podría contrarrestar la de Moses Malone, con lo cual, añadiendo la superioridad del banquillo de los Bulls, el resultado estaba bastante claro... Mientras, el ilustre cronista deportivo Jacob Kurtzberg le llevaba la contraria, argumentando que precisamente el gran punto débil de los Bulls era la posición de center y que ahí, ante Longley y Wennington, Malone podría causarles auténticos estragos. También recordaba que en las seis finales que ganaron los Bulls durante la década de los 90, los centers titulares de los equipos a los que tuvieron que enfrentarse durante dichas series finales fueron Vlade Divac, Kevin Duckworth, Mark West, Jim McIlvaine y Greg Ostertag, con lo cual sería muy interesante ver como podrían parar a uno de los cinco mejores centers de la historia del baloncesto.

Pero especulaciones, pronósticos y argumentos mediáticos aparte, la final se jugó y esto fue lo que ocurrió:

PHILADELPHIA 76ers '83 108 - CHICAGO BULLS '96 106: El partido comenzó con gran intensidad, como no podía ser de otra forma, con un Michael Jordan que lanzó mucho durante el primer cuarto, pero que no estuvo tan acertado como el otro día, frente a los Celtics '86. Los Bulls vivieron algunos de sus mejores momentos del primer cuarto de la mano de Toni Kukoc, que realizó un partido muy completo. Por parte de los Sixers, como era de esperar, Moses Malone martilleó a Longley y Wennington como si fuera un martillo pilón, superándolos una y otra vez y cargándolos de faltas con excesiva rapidez para el gusto de Phil Jackson.

El segundo cuarto vivió unos momentos muy vibrantes, con un emocionante intercambio de canastas entre Jordan y Andrew Toney que hizo vibrar el Legends Memorial Dome. Julius Erving puso la guinda al primer tiempo con una canasta a aro pasado que hizo recordar ligeramente su legendaria jugada del cuarto partido de las finales de 1980. Al descanso los Sixers mandaban por 56 a 52, gracias especialmente al gran partido de Malone, que ya sumaba 19 puntos y 8 rebotes, y al buen hacer de Erving (13 puntos y 5 rebotes). Los Bulls, por su parte, estaban ahí gracias a los 15 puntos de Jordan (con 5 de 14 en tiros de campo), los 12 de Pippen y los 10 (con 5 asistencias) de Kukoc.

En el tercer cuarto, Phil Jackson decidió probar con Dennis Rodman defendiendo a Malone, ante la impotencia de sus centers puros y lo cierto es que consiguió menguar su producción, aunque el precio fue caro, pues Rodman realizó su cuarta falta personal a falta de tres minutos para el final del cuarto, con lo cual se fue directamente al banquillo. Mientras, Jordan fruncía el ceño y comenzaba a aumentar sus porcentajes de tiro, apuntillando el periodo con un estratosférico triple en el último segundo, dejando el marcador con los Bulls por delante (78 a 81).

El último cuarto fue la guerra, con defensas asfixiantes de Pippen sobre Erving, de Bobby Jones sobre Pippen o Kukoc y con Rodman y Malone luchando a muerte por cada rebote, como si les fuera la vida en ello. Toney hacía lo que podía defendiendo a Jordan, pero el acierto de Michael iba en aumento y ya parecía que nada ni nadie pudiera pararlo. En este cuarto también hay que destacar de forma muy especial la sobriedad y el buen hacer de Mo Cheeks, que frente a un equipo sin base puro, dio una auténtica lección de pase y control del tempo. A falta de cinco minutos para la conclusión, el Dr. J conseguía irse de la defensa de Pippen para encarar el aro como una exhalación, dispuesto a volar por encima de Kukoc, cuando Rodman lo empujó ligeramente por detrás haciéndole perder peligrosamente el equilibrio, Ese fue, sin ninguna duda, el momento más intenso del partido, con Moses Malone yendo a por el Gusano y varios jugadores abandonando el banquillo y saltando a la cancha ante la momentánea impotencia de los árbitros. Sólo el buen hacer de Jordan y Erving logró que la sangre no llegara al río y que el partido pudiera reanudarse sin más; aunque no sin una técnica señalada a Rodman y otra a Malone. Tras un brutal mate de Jordan por encima de Bobby Jones, los Sixers volvían a insistir con Moses en el poste bajo, defendido por un Rodman ya con cinco faltas. La mayor corpulencia y tamaño de Malone desplazó a Dennis y lo dejó con la posición ganada debajo del aro, pero Rodman no iba a concederle ni una sola canasta fácil, con lo cual el Gusano se sentaba en el banquillo eliminado y Jackson decidía jugar los últimos dos minutos del partido con Kukoc como falso cuatro y Longley de cinco.

Los últimos dos minutos no fueron precisamente lo más espectacular del duelo, con faltas personales cometidas en prácticamente todos los ataques de ambos equipos. Los Sixers continuaron insistiendo con Malone, especialmente al ser defendido por Longley, con lo cual cada vez iba a la línea de tiros libres. Jordan también era defendido al límite de la legalidad por Toney, siendo también éste último eliminado por personales a falta de 56 segundos para el final. Dos tiros libres de Malone situaban el marcador 105 a 101 a falta de 32 segundos. En la siguiente jugada, Jordan anotaba a la media vuelta y situaba el marcador 105 a 103. Con 19 segundos por jugar, los Bulls decidieron tratar de robar el balón antes de hacer falta y con ello perdieron 10 segundos. Al final, Ron Harper le hizo la falta a Erving, que anotó los dos tiros libres y situó el marcador 107 a 103 con 9 segundos por jugar y el balón para los Bulls. Erving, que en la última jugada defendió a Jordan mientras Jones se quedaba con Pippen, optó por no hacer falta ante el intento triple de His Airness y este entró, dejando el marcador 107 a 106 para Sixers a falta de 3 segundos. La falta sobre Cheeks fue rápida, apenas un segundo. Mo anotó uno de los dos tiros libres dejando el marcador 108 a 106. La defensa de los Sixers fue impecable en esos 2 últimos segundos, sin permitir pases largos ni que ningún jugador pudiera tirar cómodamente. Jordan tuvo que recibir prácticamente en el medio campo, mandó el balón a Pippen en décimas de segundo y éste terminó lanzando desde casi nueve metros a falta de dos décimas... El balón dio en el aro y dejó el marcador con un resultado final de 108 a 106 para los Sixers.

El jugador clave: Moses Malone Y Moisés volvió a guiar a su equipo hasta la tierra prometida, cuajando un partido enorme, con 35 puntos (15 de 18 en tiros libres), 15 rebotes, 2 asistencias y 2 tapones.

También destacaron especialmente: Julius Erving (23 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias), Maurice Cheeks (17 puntos, 8 asistencias, 4 rebotes y 3 robos de balón) y Andrew Toney (18 puntos, 5 asistencias y 3 rebotes) por los Sixers y Michael Jordan (36 puntos, 6 asistencias, 5 rebotes y 4 robos de balón), Scottie Pippen (23 puntos, 7 asistencias y 6 rebotes), Dennis Rodman (7 puntos, 18 rebotes y 3 robos de balón) y Toni Kukoc (17 puntos, 8 asistencias y 4 rebotes) por los Bulls.

A continuación las estadísticas del torneo (mínimo dos partidos jugados):

Máximos anotadores:

Michael Jordan - 127 (42,3)
Larry Bird - 81 (40,5)
Magic Johnson - 56 (28,0)
Moses Malone - 82 (27,3)
James Worthy - 52 (26,0)
Julius Erving - 77 (25,7)
Andrew Toney - 72 (24,0)
Scottie Pippen - 60 (20,0)
Kevin McHale - 40 (20,0)
Byron Scott - 39 (19,5)

Máximos reboteadores:

Moses Malone - 59 (19,7)
Dennis Rodman - 59 (19,7)
Magic Johnson - 23 (11,5)
Larry Bird - 21 (10,5)
Robert Parish - 18 (9,0)

Máximos asistentes:

Magic Johnson - 33 (16,5)
Larry Bird - 23 (11,5)
Maurice Cheeks - 27 (9,0)
Scottie Pippen - 25 (8,3)
Dennis Johnson - 14 (7,0)

MVP: Moses Malone (Sixers '83)

Equipo ideal del torneo:

Magic Johnson (Lakers '87)
Michael Jordan (Bulls '96)
Julius Erving (Sixers '83)
Larry Bird (Celtics '86)
Moses Malone (Sixers '83)

Y esto ha sido todo... Solo nos queda despedir la conexión con el Legends Memorial Dome de Springfield y recordaros que la vida puede ser maravillosa... Siempre... ¡¡I love this game!!

domingo, 14 de julio de 2013

The II Fo Fo Fo's Fantasy All-Time Tournament (part 5): semifinales

Y llegaron las esperadísimas semifinales del II Fo Fo Fo's Fantasy All-Time Tournament, que enfrentaban a Celtics '86, Bulls '96, Sixers '83 y Lakers '87 con un único y claro objetivo: que quedaran únicamente dos equipos; los que van a disputar muy pronto la gran final... Sin mucho más que añadir, así transcurrieron las dos semifinales:

BOSTON CELTICS '86 115 - CHICAGO BULLS '96 116 (prórroga): Tremendísimo encuentro, con prórroga incluida, para la más absoluta posteridad. El encuentro estuvo igualado de principio a fin, con un primer cuarto que vivió muchos cambios de líder en el marcador, un segundo cuarto dominado principalmente por los Bulls, un tercero de los Celtics y un último periodo de nuevo con tremenda igualdad en el marcador. Tanto Larry Bird como Michael Jordan estuvieron colosales; literalmente imparables durante muchos momentos del encuentro.

Scottie Pippen trató con todas sus fuerzas de parar a Bird, pero era como si Larry le leyera la mente y si Pippen trataba de adelantarse a sus movimientos, él realizaba justo todo lo contrario. Jordan, por su lado, terminó desquiciando a todos sus defensores, llamáranse Danny Ainge, Dennis Johnson, Scott Wedman o Jerry Sichting. El duelo anotador fue brutal e incluso las canastas decisivas llegaron de sus manos, pues Larry anotó un triple a falta de tres segundos para el final del tiempo reglamentario que mandó el partido a la prórroga, mientras que Jordan anotó el tiro decisivo que dio la victoria a su equipo al final del tiempo extra. Bird terminó con 44 puntos (15 en el último cuarto y 5 en la prórroga) y Jordan con 47 (17 en el segundo cuarto, 10 en el cuarto y 6 en la prórroga, incluido el fade-away decisivo).

También hay que destacar especialmente la actuación de los dos pívots verdes: el Jefe, Robert Parish y Bill Walton, que fueron importantísimos, tanto en ataque como en defensa, durante los momentos más críticos para los Celtics; cuando la impresionante defensa de Dennis Rodman conseguía secar a Kevin McHale y el poderío físico de los Bulls se lo ponía muy difícil al backcourt de los Celtics.

Por parte de los Bulls, además de la exhibición de His Airness, destacar el enorme trabajo defensivo y reboteador de Rodman, el acierto desde la línea de tres del reserva Steve Kerr (3 de 4, y en momentos importantes) y el completo juego mostrado por Pippen, que aunque no estuvo muy acertado de cara al aro, sumó en todos y cada uno de los aspectos del juego.

El jugador clave: Michael Jordan El genio de Brooklyn consiguió llevarse el duelo de grandes anotadores que protagonizó junto a Larry Bird, terminando con 47 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias y 3 robos de balón, más el lanzamiento decisivo por encima de los largos brazos de McHale que situó el definitivo 115 a 116 en el marcador.

También destacaron especialmente: Larry Bird (44 puntos, 12 asistencias y 7 rebotes), Robert Parish (21 puntos, 10 rebotes y 3 tapones) y Bill Walton (13 puntos, 9 rebotes, 5 asistencias y 2 tapones) por los Celtics y Dennis Rodman (9 puntos, 19 rebotes y 4 asistencias) y Scottie Pippen (15 puntos, 10 asistencias, 8 rebotes y 6 robos de balón) por los Bulls.

PHILADELPHIA 76ers '83 135 - LOS ANGELES LAKERS '87 130 (2 prórrogas): Si la primera semifinal, aparte de ser un encuentro muy espectacular, se decidió dramáticamente tras una prórroga... ¡Qué podemos decir de la segunda semi! Resuelta tras dos prórrogas y con un ritmo de juego vertiginoso, tan o más espectacular que la anterior.

Para tratar de definir este encuentro, me atrevería a decir que fue como un All-Star game pero con más defensa e intensidad. Los contraataques y mates espectaculares se sucedían de forma brillante, mientras por otro lado saltaban chispas en la pintura entre Moses Malone y, especialmente, Kareem Abdul-Jabbar y A.C. Green. Kareem, de 40 años, se veía superado constantemente por un Moses Malone absolutamente imparable, y cuando Pat Riley situaba a A.C. (o incluso a Kurt Rambis) sobre Moses, cual perro de presa, la batalla se convertía en algo más que baloncesto... Era la guerra.

Julius Erving jugó mucho mejor que en el partido de cuartos, y sus mates y finger-rolls hicieron levantar al público en multitud de ocasiones. El rápido ritmo de juego potenciado por Magic Johnson y sus Lakers, también terminó beneficiando al Dr. J, que se sintió como pez en el agua y tuvo un día excelso en los lanzamientos de campo (15 de 22). El sensacional partido del Dr. J, junto al avasallador dominio en los tableros de Moses, el clutch factor de Andrew Toney (autor del tiro que mandó el partido a la segunda prórroga) y a la completa actuación de Mo Cheeks, lograron mantener vivo el sueño para su equipo durante todo el encuentro y terminaron por decantar definitivamente la balanza durante la segunda y definitiva prórroga, cuando James Worthy y Abdul-Jabbar fueron eliminados por faltas al tratar de frenar dos enérgicas embestidas de Erving y Malone respectivamente.

Mención aparte merece la actuación individual de Magic Johnson, capaz por sí sola de vencer prácticamente a cualquier equipo, solo que en esta ocasión la actuación coral del "big four" de Philadelphia fue también sensacional. El genio de Lansing anotó, asistió, reboteó e hizo todo lo que fuera preciso para su equipo y factible de realizar sobre una cancha de baloncesto... Y los espectadores allí presentes jamás de los jamases lo olvidarán.

El jugador clave: Julius Erving & Moses Malone (compartido) la combinación/compenetración entre el juego interior de Moses y el exterior de Julius fue la auténtica clave del partido. Erving terminó con 37 puntos, 7 rebotes, 3 asistencias y 3 tapones. Malone terminó con 26 puntos, 23 rebotes y 3 tapones.

También destacaron especialmente: Maurice Cheeks (21 puntos, 13 asistencias, 5 rebotes y 5 robos de balón) y Andrew Toney (22 puntos, 6 asistencias y 3 rebotes) por los Sixers y Magic Johnson (33 puntos, 16 rebotes, 14 asistencias y 4 robos de balón), James Worthy (25 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias) y Kareem Abdul-Jabbar (18 puntos, 8 rebotes, 3 asistencias y 2 tapones) por los Lakers.

Y ya solo nos queda la gran final... Pronto en Fo Fo Fo... ¡¡I love this game!!

martes, 9 de julio de 2013

The II Fo Fo Fo's Fantasy All-Time Tournament (part 4): cuartos - 2ª jornada

La segunda jornada de cuartos, aparte de dejar decididas las semifinales, nos volvió a brindar un par de partidos para el recuerdo. Vamos a ver lo que dieron de sí:

PHILADELPHIA 76ers '83 108 - DETROIT PISTONS '89 103: Un partido tremendo, con muchos cambios de líder en el marcador, que comenzó con los Pistons golpeando primero, gracias a un primer cuarto excepcional de Isiah Thomas y Joe Dumars. Mientras que el backcourt de los de Detroit lideraba su gran comienzo, los Sixers aguantaban el tipo gracias al dominio de Moses Malone en los tableros (atrapó ni más ni menos que 8 rebotes en el primer cuarto). En el segundo, los Pistons veían como Thomas y Dumars bajaban ligeramente el ritmo, mientras que por parte de los Sixers empezaban a aparecer unos Andrew Toney y Julius Erving que habían estado muy grises en el primero. Al final del primer tiempo, 49 a 54 para los Pistons.

Durante el tercer cuarto, los Pistons optaron por tratar de frenar a Moses Malone, que había sido quién les había infligido un mayor daño durante la primera mitad. Le llegaron a defender hasta cuatro jugadores distintos (Bill Laimbeer, Rick Mahorn, James Edwards y John Salley), logrando menguar su producción anotadora, pero no la reboteadora. Por otro lado, los Pistons conseguían frenar a Erving cuando lo emparejaban con Dennis Rodman, pero perdían toda la capacidad anotadora de Mark Aguirre, con lo cual iban alternando a ambos aleros según dictaba el ritmo del partido. Al final del tercer cuarto, seguían mandando los Pistons por un ajustado 76 a 78, a pesar de los, ya, 16 rebotes de Malone.

El último y decisivo cuarto comenzó, de nuevo, con el acierto en el tiro de Thomas y Dumars, pero en los Sixers apareció definitivamente (apenas había aparecido fugazmente en momentos del segundo y tercer cuarto) Andrew Toney, que de repente comenzó a reclamar protagonismo y se erigió en el principal estilete de los de Philadelphia en el tramo final del encuentro. La batería al completo de jugadores interiores de los Pistons iban rotándose para aprovechar todas las faltas posibles y no dejar anotar con facilidad bajo ningún concepto a Malone, pero a Moses le daba igual ir asiduamente a la línea de tiros libres, pues desde allí también se mostraba intratable (13 de 15 al final del encuentro).

Los últimos instantes del partido vieron como los emparejamientos en las posiciones de alero conseguían una anulación mutua, con Rodman secando a Erving y Bobby Jones secando a Aguirre respectivamente. Mo Cheeks lograba contener un poco a Thomas, y Dumars y Toney se mostraban como los jugadores más acertados en el tramo final. Con el marcador 103 a 101 para los Sixers, Thomas lograba zafarse de Cheeks para lanzar en carrera desde cuatro metros y situar el empate en el marcador a falta de 53 segundos. En el siguiente ataque, los Sixers volvían a ampararse en la inspiración de Toney, a quién le daba igual quién le defendiera, pues recibía, daba dos botes rápidos y se levantaba lanzando por encima de quién se le pusiera por delante, que en este caso fue Mark Aguirre; canasta y falta... Y 2+1 convertido (106 a 103). Seguidamente Thomas volvió a intentarlo, pero esta vez Cheeks lo defendió mucho mejor y optó por doblar el balón a un Bill Laimbeer que en ataque estuvo jugando muy abierto durante todo el partido; el tiro de Bill, punteado por Malone, dio en el aro y salió rebotado hacia las manos de Erving, quién automáticamente recibió una falta rápida por parte de Dumars. Julius no falló los tiros libres y con nueve segundos por jugar, los Pistons volvieron a intentarlo a la desesperada, pero ya no había mucho que hacer; Dumars falló un intento de triple forzadísimo y el marcador ya no volvió a moverse. 108 a 103 para los Sixers.

El jugador clave: Andrew Toney Los Sixers tuvieron varios protagonistas dependiendo del momento del encuentro, pero no cabe duda que el más decisivo en el último cuarto, y muy especialmente en los instantes más decisivos, fue Toney, autor de 32 puntos (19 en el 4º), 4 asistencias y 3 rebotes.

También destacaron especialmente: Moses Malone (21 puntos, 21 rebotes y 2 tapones) y Julius Erving (17 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias) por los Sixers y Joe Dumars (29 puntos, 5 asistencias y 3 robos de balón), Isiah Thomas (23 puntos, 13 asistencias y 6 rebotes) y Bill Laimbeer (15 puntos, 9 rebotes y 2 tapones) por los Pistons.

LOS ANGELES LAKERS '87 120 - LOS ANGELES LAKERS '01 113: El duelo generacional de los Lakers también resultó apoteósico, a la par que vibrante y repleto de acciones espectaculares. Empezaron golpeando primero los Lakers '87, con un juego de pases rapidísimos que apenas permitían que la defensa de sus rivales se situara. Magic Johnson fue el principal artífice de esta vorágine de juego ofensivo desplegada por los creadores del "Showtime", terminando el primer cuarto con 7 puntos y 8 asistencias y regalando a la grada un par de pases sin mirar para la posteridad.

Durante el segundo cuarto, los Lakers '01 consiguieron, al fin, imponer su ritmo durante bastantes minutos seguidos... Y se notó, pues del 37 a 25 al final del primer cuarto se pasó a un mucho más ajustado 57 a 56 a poco más de un minuto para el descanso, aunque un triple de Byron Scott y un sky-hook de Kareem Abdul-Jabbar a falta de dos segundos terminaron dejando el resultado en 62 a 57 al final de la primera mitad. El principal culpable de la remontada de los Lakers '01 fue, sin ninguna duda, Shaquille O'Neal, quién se mostró intratable bajo el aro rival, machacándolo sin piedad cada vez que tuvo ocasión.

El tercer cuarto discurrió con mucha igualdad en el electrónico, sin que ningún equipo lograra irse por más de seis puntos de ventaja. En este periodo brilló con luz propia James Worthy, quién lograba irse de sus defensores una vez tras otra, sin que nadie pudiera parar su juego de pies en el poste bajo; solo fue detenido en alguna ocasión gracias a las ayudas de O'Neal. También en este cuarto disfrutamos de unos minutos absolutamente sublimes de Kobe Bryant, quién anotó 11 puntos durante los tres últimos minutos del periodo, incluidos los últimos 8 de su equipo, para dejar el marcador en 87 a 88.

Durante el último y definitivo cuarto, Magic Johnson logró que el partido volviera por momentos a la vorágine ofensiva del primero, haciendo levantar al público de sus asientos en varias ocasiones, pero al final las defensas se impusieron un poco a la inspiración ofensiva y el último tramo volvió a estar condicionado por el juego en los postes, por la incontenible fuerza de Shaq, que a falta de tres minutos para el final mandó a Jabbar al banquillo con seis faltas (Kareem, de 40 años, se las vio y se las deseó para tratar de contener a O'Neal, siendo superado muchas veces por la juventud y la fortaleza de Shaq), y por el acierto exterior de Kobe Bryant y Byron Scott. Los últimos tres minutos del partido podrían resumirse de la siguiente forma: falta a Shaquille cada vez que recibía el balón en el poste (9 de 17 tiros libres al final del partido), defensa asfixiante de Michael Cooper sobre Kobe, a pesar de que éste último logró meterle dos canastones "in your face" apoteósicos, y Magic controlando completamente el tempo del partido. Al final, 120 a 113 para los Lakers '87.

El jugador clave: Magic Johnson Earvin Johnson Jr. lideró un rapidísimo juego ofensivo siempre que el partido se lo permitió, pero también supo controlar a la perfección el tempo cuando las defensas tomaban mayor protagonismo y el juego se hacía más farragoso. Terminó con 23 puntos, 19 asistencias, 7 rebotes y 3 robos de balón.

También destacaron especialmente: James Worthy (27 puntos, 8 rebotes y 2 asistencias) y Byron Scott (22 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias) por los Lakers '87 y Shaquille O'Neal (32 puntos, 18 rebotes y 6 tapones), Kobe Bryant (30 puntos, 6 asistencias y 4 rebotes) y Derek Fisher (15 puntos, 6 asistencias y 3 robos de balón) por los Lakers '01.

Y eso es todo lo que ha dado de sí este segunda jornada de cuartos, dejando las semifinales decididas de la siguiente forma: Chicago Bulls '96 vs. Boston Celtics '86 y Philadelphia 76ers '83 vs. Los Angeles Lakers '87... ¿Se puede pedir más?... Solo una cosa: que sigan atentos a la pantalla... ¡¡I love this game!!

domingo, 7 de julio de 2013

The II Fo Fo Fo's Fantasy All-Time Tournament (part 3): cuartos - 1ª jornada

Pues bueno, aquí lo tenéis, al fin dio comienzo el largo tiempo esperado II Fo Fo Fo's Fantasy All-Time Tournament y lo cierto es que la primera jornada de cuartos no decepcionó a nadie y brindó a los espectadores dos encuentros realmente memorables. Sin más preámbulos, vamos con la crónica de ambos encuentros:

BOSTON CELTICS '65 100 - CHICAGO BULLS '96 101: Este era uno de los partidos más esperados y no cabe duda que no decepcionó a nadie, pues la igualdad en el marcador duró hasta el último segundo del partido. El vendido como "duelo de los señores de los anillos", fue un combate a muerte desde el inicio del primer cuarto, con un Michael Jordan que se mostraba absolutamente intratable, superando una y otra vez a todos sus defensores para acabar anotando nada más y nada menos que 27 puntos entre los dos primeros cuartos. Mientras, Bill Russell se hacía fuerte en su zona y no permitía apenas anotación interior de los Bulls más allá de algunas penetraciones ocasionales de Air tras dejar atrás a sus defensores. El resultado al descanso era de 47 a 55 a favor de los Bulls.

En el tercer cuarto, Jordan estuvo mejor defendido y falló más tiros de los que había errado en toda la primera mitad; y mientras Michael se volvía humano, Scottie Pippen tomaba la riendas para sumar 9 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias en dicho cuarto, que fueron balsámicos para unos Bulls que veían como los Celtics llegaban a ponerse por delante en el marcador (73 a 72) a falta de poco más de un minuto para finalizar el tercer cuarto. La principal razón de dicha remontada de los Celtics fue el acierto exterior de sus tiradores, especialmente de Sam Jones y John Havlicek, que al final del tercero ya llevaban 22 y 19 puntos respectivamente.

El último cuarto fue una auténtica batalla, mucho más defensiva que ofensiva, con una gran defensa de K.C. Jones sobre Michael Jordan y un Bill Russell que tras anotar los 6 primeros puntos de su equipo en el cuarto decisivo (en los tres anteriores cuartos había estado centrado en labores más defensivas que ofensivas), vio como Phil Jackson le ponía a Dennis Rodman encima, cual perro de presa, jugando buena parte del cuarto final con un quinteto formado por Ron Harper, Jordan, Pippen, Toni Kucok y Rodman. El emparejamiento entre Russell y Rodman fue simplemente aterrador... Pocas veces en la historia del baloncesto se ha visto un espectáculo defensivo/batallador/competitivo de tal magnitud, con Rodman atrapando rebotes a diestro y siniestro, Russell taponando a todo el que se acercara a su zona, incluido His Airness, y saltando auténticas chispas cada vez que sus cuerpos se encontraban en la zona.

El final del partido no desmereció para nada a todo lo anterior sucedido, con unos Bulls que entraban en el último minuto con ventaja de un punto (95 a 96). Boston atacó realizando una gran circulación de balón, que terminó con un buen tiro abierto de (una vez más) Sam Jones (97 a 96). Chicago trató de buscar una penetración de Jordan o Pippen; finalmente fue Scottie quién realizó una penetración algo forzada tratando de hacer valer su superioridad física ante Havlicek. La jugada terminó en falta de Hondo, con los consiguientes tiros libres anotados por Pippen (97 a 98). A falta de trece segundos para el final del partido, Jones volvía a atacar el aro de los Bulls con su espléndido tiro a tabla, ejecutado por encima de los brazos de Jordan; pero esta vez el balón daba en el hierro y salía rebotado hacía una zona que estaba literalmente ardiendo. Allí, Russell se hacía con el balón tras ganarle la posición en el último segundo a Rodman, para terminar levantándose y hundiéndola con una rapidez inusitada a pesar de la falta desesperada de Dennis. Russell anotó el 2+1 y puso el marcador 100 a 98 para los Celtics a falta de diez segundos para el final del partido. Tras el tiempo muerto oportuno, los Bulls sacaron; el balón a Jordan, que dribló rápidamente a su defensor, miró a la derecha por si veía a Pippen desmarcado, pero éste estaba defendido al borde de la ilegalidad por Havlicek. Aprovechado un bloqueo de Rodman, viró en sentido contrario para situarse en la línea de tres, frontalmente al aro; se levantó, elegante como siempre, y el balón terminó entrando mientras el electrónico señalaba el final del partido. 100 a 101 para los Bulls.

El jugador clave: Michael Jordan En un partido repleto de grandes actuaciones individuales, nadie fue tan decisivo como His Airness, que terminó el encuentro con 44 puntos, 8 rebotes, 5 asistencias y 5 robos de balón. Además del triple decisivo que sentenció el partido en el último segundo.

También destacaron especialmente: Bill Russell (18 puntos, 19 rebotes, 10 tapones y 5 asistencias), Sam Jones (28 puntos, 4 asistencias y 4 rebotes) y John Havlicek (23 puntos, 7 asistencias y 3 rebotes) por los Celtics y Scottie Pippen (22 puntos, 10 rebotes, 8 asistencias y 3 robos de balón) y Dennis Rodman (7 puntos, 22 rebotes y 4 asistencias) por los Bulls.

PHILADELPHIA 76ers '67 106 - BOSTON CELTICS '86 112: Y por si había alguien a quién el primer partido no le hubiera colmado todas las expectativas, el segundo encuentro de cuartos vino a ofrecer otro espectáculo baloncestístico repleto de clase, magia y buen juego, con un Wilt Chamberlain que comenzó el encuentro de forma absolutamente imparable, cargando a Robert Parish con 3 faltas antes de que concluyera el primer cuarto. 16 de los 27 puntos anotados por los Sixers en el primer cuarto fueron suyos (y eso que falló 5 de los 9 tiros libres que intentó). En el segundo cuarto, Larry Bird destapó el tarro de las esencias y fue casi el único protagonista sobre la cancha, anotando, reboteando y asistiendo a partes iguales. Se llegó al descanso con el marcador favorable a los Celtics por 54 a 58, con 16 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias de Larry Legend hasta ese momento. Wilt Chamberlain ya sumaba 24 en esos momentos, con 10 rebotes.

El tercer cuarto vio como la defensa de los Celtics sobre Chamberlain mejoraba sustancialmente, pero el engranaje de los Sixers, por su parte, comenzó a funcionar en otra dirección, con mayor anotación de los exteriores y un Wilt que realizaba más labores de poste distribuidor que de anotador. En este cuarto también destacó especialmente la labor ofensiva de Kevin McHale, que realizó un verdadero clínic de movimientos de pies en el poste bajo ante la defensa de Luke Jackson. El momento adrenalínico del encuentro llegó a finales de éste cuarto, cuando Danny Ainge obsequió a Hal Greer con una durísima entrada para impedir que lograra dos puntos fáciles tras haberle superado. Al final, pese a un conato de tangana, la sangre no llegó al río, pero la acción terminó con una técnica señalada a cada uno y el pertinente aviso de los árbitros a Ainge para que este tipo de acciones no volvieran a repetirse en el último cuarto, bajo amenaza de expulsión. Al final del tercero, 81 a 82 para los Celtics.

El último cuarto comenzó de forma parecida al tercero, con defensas muy duras y momentos brillantes en ataque de Bird y McHale por parte de los Celtics y de Chamberlain, Chet Walker y Billy Cunningham por parte de los Sixers. A medida que el juego avanzaba, la defensa sobre Chamberlain iba volviéndose más dura, con Parish y Bill Walton turnándose como muros contenedores y sin escatimar a la hora de cargarse de faltas y enviar a Wilt a la línea de tiros libres. Dennis Johnson, por su parte, también realizó un último cuarto muy completo, defendiendo buena parte del tiempo a Hal Greer, mientras que Ainge se quedaba con el base Wali Jones. Se entró en los últimos dos minutos del encuentro con un marcador de 101 a 105 favorable a Boston y a partir de ahí, los Celtics le hicieron falta a Wilt cada vez que tocó el balón (2 de 4 en tiros libres) y se ampararon en las genialidades de Bird en ataque, que anotó dos tiros (uno triple) absolutamente demoledores que sentenciaron el partido. 106 a 112 para los Celtics.

El jugador clave: Larry Bird El de French Lick realizó un partido completísimo, terminando con 37 puntos, 14 rebotes, 11 asistencias y 2 robos de balón. Además de unos instantes finales para enmarcar, con dos lanzamientos exteriores que terminaron sentenciando el partido.

También destacaron especialmente: Wilt Chamberlain (41 puntos, 20 rebotes, 7 asistencias y 6 tapones), Chet Walker (21 puntos y 7 rebotes) y Hal Greer (17 puntos, 7 asistencias y 5 rebotes) por parte de los Sixers y Kevin McHale (23 puntos, 9 rebotes y 3 tapones) y Dennis Johnson (17 puntos, 8 asistencias y 4 robos de balón) por parte de los Celtics.

Y me despido hasta la crónica del resto de partidos de cuartos de final... ¡¡I love this game!!

miércoles, 3 de julio de 2013

NBA 2012-13: Cuando las comparaciones son odiosas... O no.

A lo largo de esta temporada NBA, curso baloncestístico 2012-13, hemos asistido a varias comparaciones, de todos los tipos y colores... Comenzando por la enésima comparación entre LeBron James y Michael Jordan... Que ya cansa... Y terminando por la comparación entre los Miami Heat y otros grandes equipos de la historia, debido a la gran temporada regular realizada por éstos... Pasando por otro tipo de comparaciones más puntuales y/o ocasionales... De entre todas ellas, yo me voy a centrar en un puñado que me parecen especialmente interesantes y jugosas.

Me interesa mucho la comparación entre Carmelo Anthony y Bernard King, debido al impacto que Carmelo ha causado en el equipo de la gran manzana durante toda esta temporada. Por un lado es verdad que existen ciertos paralelismos, pues ambos provocaron un gran impacto en el juego de los Knickerbockers en sendas épocas donde los Knicks venían de temporadas de auténtico ostracismo y desesperación. También es acertada la comparación por el hecho de que Anthony juega de alero, como King, y al igual que él, posee un gran tiro y buenas cualidades para jugar en el poste bajo, de espaldas al aro. Todo parece indicar que la comparación es acertadísima, pero para mi existe una diferencia más que sustancial entre ambos, pues mientras que Carmelo, a pesar de ser un excelso anotador, se tira hasta las zapatillas y bate récords de tiros intentados por partido, Bernard King era un ejemplo sin igual de anotador compulsivo con grandes porcentajes y una ejemplar selección de tiro. Para mi, en ciertos aspectos, King es uno de los dos o tres anotadores más grandes que ha dado la historia del baloncesto, porque al contrario que otras grandes estrellas, cuando Nard anotaba 50 puntos era porque le habían entrado todos los tiros... O casi... No porque hubiera lanzado 35 veces a canasta, lo cual lamentablemente no se puede decir de Carmelo.

También veo muy interesante la comparación entre Derrick Rose y Michael Jordan... Pero no por estilo de juego, sino por la situación vivida por Rose a lo largo del último año, que se presta mucho a la comparación con la temporada 1985-86 de His Airness; Y no sólo por ser ambos las máximas estrellas de los Bulls de sus respectivas épocas, sino por las importantes lesiones que han marcado las mencionadas temporadas de ambos astros del baloncesto. La situación de Derrick ha llegado a levantar mucha controversia, especialmente a lo largo de estos últimos playoffs, con unos Bulls muy mermados que iban dando muestras de auténtico coraje partido sí y partido también, esperando a ver si su máxima estrella volvía a las canchas a tiempo para echarles un cable en el momento más complicado de la temporada... Sin que esto llegara a suceder en ningún momento, hasta que cayeron eliminados por los Miami Heat (la gracia está en que ya llevaba bastante tiempo entrenando).

En 1986, Jordan también vivió una terrible lesión que lo mantuvo apartado de las canchas durante prácticamente toda la temporada regular, pero contra todo pronóstico aceleró su recuperación, volvió unos días antes de que empezaran los playoffs, para comenzar a rodarse un poco, y finalmente, haciendo gala de su voraz y eterna hambre de victoria y de su espíritu hipercompetitivo, les endosó a los Celtics de Larry Bird y compañía unos míticos 63 puntos que todavía a día de hoy se mantienen como el récord absoluto de anotación en un partido de playoffs de la NBA (ya sabéis: ¡Esta noche Dios se ha disfrazado de jugador de baloncesto!)... Sé que este tipo de comparaciones son muy arriesgadas y que en este tipo de temas, nadie conoce mejor su estado físico y sus propias capacidades que uno mismo... Y evidentemente nadie está obligado a poner en peligro su propia carrera por una vuelta a las canchas precipitada... Pero no cabe duda que existe una diferencia bastante sustancial entre la mentalidad de Rose y la de Jordan... ¿O es algo muy influido por las distintas épocas y todo lo que se mueve a su alrededor?

La otra comparación que me viene en mente es entre Dwight Howard y Moses Malone, debido al tremendo alboroto que provocó el fichaje del primero por los Lakers. La verdad es que en este caso hay muchísimas coincidencias, pues Dwight llegó a los Lakers con el título honorífico de mejor pívot del mundo, como Moses cuando llegó a los Sixers en 1982. Llegó a L.A. tras pasar varios años en un equipo medio, los Orlando Magic, a los cuales llegó a liderar hasta unas finales de la NBA, exactamente como le ocurrió a Moses en los Houston Rockets. En Los Angeles, Dwight se unió a una auténtica leyenda viva del baloncesto (Kobe Bryant) y a un equipo que automáticamente pasó a ser el máximo favorito al título para muchos... Moses llegó a los Sixers para unirse a otra leyenda viva (Julius Erving) y automáticamente, éstos pasaron a ser los máximos favoritos... Pero hasta ahí las similitudes, pues el tremendo éxito inmediato de los Sixers de Moses contrasta con el fracaso rotundo de los Lakers de Dwight. De todos modos esos éxitos o fracasos no dependen de un sólo jugador, pues hay muchos factores influyentes y cada caso es distinto, con lo cual los tiros no van por donde algunos pensáis...

...Van en otra dirección, pues mientras que Dwight no cesó de sentirse incómodo por la falta de protagonismo en el equipo, de reclamar que el juego ofensivo se centrara más en él, y todavía a día de hoy, desde su situación de agente libre, está deshojando la margarita en función de qué equipo le podría brindar ser el principal gallito del corral y obtener un mayor protagonismo mediático en la plantilla, Moses llegó a los Sixers, no siendo solamente el mejor pívot del mundo, sino el mejor jugador de baloncesto del mundo en aquellos momentos, y contestándole a la prensa que le daba igual el número de balones que iba a recibir en el ataque de los Sixers; que él les había dicho a Julius y cia. que no se preocuparan por él, que tiraran cuando tuvieran que tirar y que él ya se dedicaría a luchar a muerte por cada rebote ofensivo... Esto no es una diferencia sustancial, sino más bien una diferencia descomunal y tremendamente definitoria.

El título del post habla sobre comparaciones odiosas, añadiendo: o no... No cabe duda que estas tres comparaciones que hemos analizado son, cada una a su manera, bastante odiosas... Pero para finalizar vamos con un par más de comparaciones que en este caso no son para nada odiosas, sino muy justas.

En las finales NBA 2013, Heat y Spurs nos han brindado un gran y emocionante espectáculo baloncestístico, amparado en dos estilos de juego diametralmente opuestos, que han venido a demostrar que ambos estilos son perfectamente válidos, si tienes los mimbres necesarios, para llevar a un equipo hasta lo más alto, y entre todos los grandes momentos y jugadores que hemos visto en estas finales, dos nombres destacan claramente por encima de todos los demás: LeBron James y Tim Duncan.

Por si quedaba alguna duda, LeBron ha demostrado al mundo que ya está plenamente en el olimpo de los más grandes, y a partir de ahora cualquier comparación con Michael Jordan puede considerarse plenamente acertada... ¿Pero qué digo, si siempre critico las eternas comparaciones entre Jordan y James?... Me explico: No me refiero a comparaciones de estilo de juego, pues a estas alturas ya hay que ser muy obtuso para continuar buscando al nuevo Jordan en LeBron, sino a nivel de grandes de todos los tiempos, de leyendas imperecederas del baloncesto, donde la comparación no es sólo con Jordan, sino también con Magic y Larry.

Por último, y hablando de los más grandes de todos los tiempos, me parece oportunísimo comparar a Tim Duncan con Kareem Abdul-Jabbar, y no solo por sobriedad, clase y estilo de juego, donde existen varias similitudes, a pesar también de ciertas diferencias, sino por el tremendo nivel que ha estado mostrando Duncan, a sus 36 años (37 desde el 25 de Abril), durante toda la temporada... Incluidos los playoffs... Incluida la final... Lo cual nos lleva hasta le temporada 1984-85, donde un Abdul-Jabbar de 37 años cuajó también un enorme año... Incluidos también los playoffs... Incluida también la final, donde a sus 38 recién cumplidos se convirtió en el MVP de las finales NBA de mayor edad de la historia... Jabbar y Duncan, sin duda alguna, dos de una misma especie.

¿Son estas comparaciones odiosas?... Sí, las tres primeras, pero no las dos últimas.